Semblanza de Monte Castro en los comienzos del siglo XX: que se consideraba Monte Castro y quiénes eran los que así lo consideraban? Los cambios a través del tiempo

2.1.- LA TRANSFORMACION DE LA CIUDAD. Análisis de cómo han analizado esta transformación desde los ámbitos académicos y el problema de la vivienda popular: Guillermo Tello, Diego Armus, Oscar Yujnovsky, Adrian Gorelik, Pancho Liernur, entre otros. Los proyectos oficiales.

  • Al principio fue el conventillo. La huelga de inquilinos de 1907
  • Parque y cuadrícula universal en el análisis de Adrián Gorelik
  • ¿Por qué hay tan pocas edificaciones colectivas? Pancho Liernur
  • La prédica de la medicina higienista
  • Reforma Electoral de 1916. Nuevos actores toman “el problema de la vivienda obrera”. Radicales, socialistas. El papel de la Iglesia Católica
  • Un debate importante (y fracasado) sobre la urbanización de Buenos Aires:  “El Proyecto Orgánico de Urbanización del Municipio”
  • Estadísticas: 1: Crecimiento de los vecindarios del Oeste: San Bernardo y Vélez Sarsfield; 2: zonas edificadas entre 1888 y 1909; 3) Población por Secciones;  4) Servicios de agua y cloacas.

 2.2.- INTENTOS DE DESCENTRALIZAR: CREACIÓN DE LA SUB INTENDENCIA DE VELEZ SARSFIELD. Se consignarán en este ítem –entre otras- las menciones al Paraje Monte Castro contenidas en:

  • Disposiciones del Concejo Deliberante
  • Subintendencia de Vélez Sarsfield y sus Memorias

2.3.- LOS HORNOS DE LADRILLOS

  • Disposiciones legales sobre la instalación de hornos. Cumplimiento de las normas. Presentación de un pedido de modificación de la Ordenanza de Hornos de ladrillos
  • Censo y pago de derechos
  • Entrevista a un protagonista: DAVID GHIBAUDI
  • Cómo se fabricaban los ladrillos
  • Plano aéreo 1925/1926

2.4.-  LAS PRIMERAS INSTITUCIONES: TRES ESCUELAS PÚBLICAS.

  • Año 1884, N° 11, “Monte Castro” (hoy Escuela 3, DE 18 “Monte Castro”)
  • Año 1912, N° 25, “Caras y Caretas” (hoy Escuela 9, DE 18 “Provincia de Misiones)
  • Año 1918, “La Susana”, (hoy Escuela 2, DE 18 “Alejandro Aguado”)

2.5.- COMUNICACIONES: DEL FERROCARRIL AL COLECTIVO. Etapas y el transporte en Monte Castro.

INTRODUCCIÓN. Semblanza de Monte Castro en los comienzos del siglo XX: que se consideraba Monte Castro y quiénes eran los que así lo consideraban? Los cambios a través del tiempo.

Monte Castro en los inicios del siglo XX por Baldomero Fernández Moreno.

Podemos encontrar una descripción de Monte Castro ya en el siglo XX, en 1905, en palabras del poeta Baldomero Fernández Moreno[i]. La familia del médico-escritor va mudándose de casa en casa entre 1902 y 1912, producto de la crisis económica familiar. Le es particularmente dolorosa la mudanza de la casa de Mercedes y Bogotá en Floresta a Monte Castro: [ii]

 “…mi familia hubo de retirarse a vivir más lejos y nos mudamos a quince o veinte cuadras del pueblo, (se refiere a Floresta, a la casa que habitó en Mercedes y Bogotá durante un año) Camino de Monte Castro arriba (la actual Segurola), a una casa grande y destartalada. Estaba rodeada de hornos de ladrillo y de quintas de verdura dilatadas como valles. Por el camino polvoriento o duro de barro y de pezuñas, pasaban tropas hacia Mataderos, y desde allí se dominaba la iglesia, y el hospital de Flores, y la ciudad de la que cada vez era forzoso alejarse más […] La asistencia a clase y trabajos prácticos solía hacerse difícil y hasta imposible: el mal tiempo bloqueaba la casita durante semanas y el Maldonado acababa de echarlo todo a perder. Por aquellas alturas de Monte Castro el invierno era muy crudo y el viento se colaba por todas partes […] Algunas noches de luna bajaba al pueblo y, de regreso, me detenía en el puente de madera del arroyo, mirando, entre sauces, al astro o a la corriente, pero con un torvo pistolón en el bolsillo por lo que pudiera ocurrir. Sólo las tres o cuatro primeras cuadras tenían faroles: el resto era polvo y cinacinas”.  [iii]

Sin embargo, hay que resaltar que todavía y como se aclaró al comienzo, a comienzos del siglo XX, no se está hablando de barrios. Son zonas fuera de la ciudad en la cual hay –como denomina Baldomero Fernández Moreno- “pueblos” (tal vez la Plaza Vélez Sarsfield, la estación del mismo nombre, Rivadavia). Monte Castro es “la pampa”, como expresará hacia el final de su libro Fernández Moreno (acerca de “pueblos” ver Barela -Sabugo, 2004, pag. 15)[iv]

En estas primeras dos décadas del siglo, Monte Castro es un paraje que se encuentra luego de cruzar el Maldonado y llega hasta donde llegan las casas, que no es más que a Jonte, luego de allí las quintas. Las calles diseñadas en los planos no existen en la realidad, solo Sanabria después de Jonte permitirá llegar a Villa Devoto. Así lo expresan:

  • Baldomero Fernández Moreno, como se ha transcripto en párrafos anteriores.
  • Vecinos radicados en la zona, como el caso de David Ghibaudi.
  • Las inscripciones de los alumnos de la Escuela Elemental Nro. 7, del Consejo Escolar 14 del “Paraje Monte Castro”, existentes en el Archivo escolar a partir de 1910 y en las que se consignan sus domicilios.
  • Y la misma Subintendencia al colocar la placa de homenaje al primer ejército patrio en la “Escuela de Monte Castro”. Aclaro que “Monte Castro” no era la denominación o el “Patrono” de la Escuela, porque éste se impuso en la década del ’50. Anteriormente era simplemente la Escuela 3 de Monte Castro.

Recuerdos de David E. Guibaudi (entrevista realizada en abril de 2000)

David recuerda a los actuales barrios de Monte Castro, Vélez Sarsfield y Floresta como unidad. Para él “todo era Monte Castro” y sobre el Camino Monte Castro vivía. Comenta que recién en la década del 20 su calle pasó a llamarse Segurola.[v] Los hornos alternaban con los alfalfares para alimento del ganado caballar, sobre todo las manzanas de Mercedes, Miranda, Chivilcoy y Jonte. El vivía en el camino Monte Castro al 1400, existían muy pocas casas (menciona los comercios y vecinos más importantes y que frente a su casa estaba la propiedad de Monza, “donde alquiló un tiempo Baldomero Fernández Moreno”. Recuerda que Segurola tuvo luz eléctrica en 1913, mostrándome un recibo de luz con vencimiento del 29 de julio de 1935, el resto del barrio tenía iluminación a kerosene. Recuerda cuando All Boys estuvo en Segurola 1100/1200, antes de que se construyeran las “casas baratas”.

Libros de inscripción de alumnos de la Escuela Monte Castro.

He consultado los libros que van de 1910 a 1920, que contenían una gran cantidad de datos de los alumnos y sus padres. Esto me permitió –en los años en que era la única escuela- tener una información a la manera de un censo, obviamente de aquellos que recibían educación escolar. Consignaré el análisis en el apartado correspondiente. En 1910 sugestivamente aparece (tal vez como criterio de sus autoridades) la dirección “Monte Castro s/n)”, a partir de 1911 comienzan a aparecer las calles y al año siguiente se las acompaña con el número. Algunas de ellas son: Atahualpa, Camarones, Carrasco, Cervantes al 100, Chivilcoy 556, Cortina 840, España (actual Vigo) Gómez de Fonseca, San Julián (César Díaz), Lope de Vega al 100, Monte Dinero (Elena Larroque de Roffo) Pasaje Boeri (Rubens), Pasaje Leoni (Wagner), San Blas, San Eduardo (Aranguren) San Matías (Alejandro Magariños Cervantes) entre otras. Hay también familias hacia el Este, poco poblado, como en Griveo, Nogoyá o Melincué. (Registro de 1915). Con el seguimiento de las familias, que por cierto solían tener varios hijos, es posible tener en cuenta que esas calles pertenecían a Monte Castro en la percepción de ese momento histórico. Son fundamentalmente las que hoy pertenecen a los barrios de Monte Castro, Vélez Sarsfield, Villa Luro, Devoto y, en menor medida porque existió la gran propiedad de la Sucesión Rocca indivisa, Floresta, aunque llama la atención que muchos viven en Bahía Blanca aún después de la apertura de la escuela a la que los vecinos llamaban “Caras y Caretas”, como se verá en este mismo capítulo. Estas direcciones se extienden hasta el Maldonado. Predominan las del actual Vélez Sarsfield, porque estaba más poblado y por la cercanía.

Estos testimonios y datos encontrados refuerzan mi idea de que los barrios cambian de conformación según la época, como está expresado en el Capítulo 1, punto 1.1.  De todos modos se está analizando una realidad en que la acción de los intereses de los rematadores no era aún tan agresiva como en los años que siguieron, donde bautizar un lugar con el nombre de una estación o de un barrio prestigioso (el caso paradigmático fue Villa Devoto) favorecía cualquier loteo.  

2.1.- Transformación de la Ciudad.

Trataré en este ítem de explicar el proceso de conformación de la Ciudad en las primeras décadas del siglo –a partir de algunos de los académicos más importantes que lo hicieron-  proceso que dio por resultado lo que es hoy la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y su Conurbano Bonaerense (cada vez más extenso y poblado) y en los apartados posteriores de este capítulo ejemplificar lo dicho con lo sucedido en Monte Castro. O sea no se trata de encadenar una serie de datos (el famoso datismo histórico), refiriéndome sólo a lo que hoy se considera barrio de Monte Castro, sino tratar de entender el proceso histórico de un sector del oeste porteño. Pienso que esta es la manera de encarar un análisis, coincidiendo con lo expresado por Diego Armus en cuanto a las narraciones localistas: “Los historiadores locales están preocupados por reconstruir la topografía de su propio objeto de estudio.  Hacen una historia narrativa y patriótica de la ciudad, del barrio o de una calle, en la que inevitablemente se descubre una epopeya jalonada por los sospechosos hitos de un progreso aun más sospechoso. Son historias que buscan destacar las singularidades de lo propio, asentado las más de las veces en una sugestiva excepcionalidad organizada en torno de anécdotas y personajes, vinculados usualmente a las elites del lugar”. [vi] Aquí tengo que hacer la salvedad de que es mucho más fácil construir una narrativa de las elites que de los sectores populares, que dejan menos huellas y además, no suelen interesar a sectores dominantes, sean políticos o académicos.

Introduciré conceptos producidos por aquellos investigadores que han pensado Buenos Aires desde distintos lugares, con miradas coincidentes en lo conceptual pero enfatizando cuestiones diversas o acentuando determinados procesos.

Proyectos y planes existieron varios, se contrataron expertos extranjeros, sin embargo es como que nada pudo torcer el rumbo que –en general- se consideraba equivocado para el desarrollo de una gran urbe moderna, en donde siempre el modelo al cual se aspiraba fue el europeo, especialmente el parisino. También por “torcer el rumbo” me refiero al núcleo inicial trazado por Juan de Garay, o sea, desde los tiempos de su fundación, en cuanto a la orientación de los rumbos de las calles y el tamaño de las manzanas, cuando como bien lo explicita el Ing. Carlos María Morales en el Censo de 1904 pocos conocimientos había sobre el tema pero el problema es que los que vinieron después si sabían, pero siguieron construyendo sin corregir esas deficiencias.

Por eso Guillermo Tello señala que la ciudad creció por una suma de partes y de manera desordenada, no existió una planificación. El gobierno municipal también desordenadamente necesitó establecer instrumentos de control y coordinación. Fundamentalmente se ocupó más del trazado de las vías públicas que tenían un entramado complejo y diverso a medida que crecía la ocupación urbana. Pero –en concreto- las medidas estuvieron destinadas al Casco Tradicional de Buenos Aires, tratando de “airear la trama”. Modernizó las arterias existentes, impulsó fuertemente la creación de las ochavas, creó ejes de articulación a través de las diagonales. Para estas reformas y la ampliación de avenidas necesitó de la expropiación de propiedades de particulares, cosa que provocó no pocas controversias y muchos juicios. La modificación de la traza de la viaria se dio en tres sentidos: 1) La traza o delineación, con ajustes al trazado y materialización de nuevas vías; 2) El largo de la viaria, a través de aperturas de calles o su prolongación; 3) Con respecto al ancho, con el ensanche de avenidas y calles a través de expropiaciones o su rectificación favoreciendo la grilla. [vii]

Al principio fue el conventillo.

En realidad el conventillo fue una de las maneras de vivir en la ciudad, pero fueron varios los modos de habitarla. El centrar el foco en los conventillos tuvo su razón de ser en determinado período histórico, porque lo primero que se enfoca es la historia de la antigua Buenos Aires y en los primeros años de la conformación de esa nueva entidad que es la Capital Federal, donde se concentraba el grueso de la población que luego fue extendiéndose hacia el oeste, poblando primero los ex pueblos de Flores y Belgrano y más tarde  las nuevas parroquias de Vélez Sarsfield y San Bernardo. Además, la época de la Gran Inmigración de finales del siglo XIX coincide con migrantes golondrinas que poco les interesaba tener un lugar fijo de residencia. Incluso fueron muchos los que –coincidente con la inversión del tiempo de cosecha entre el sur y el norte del planeta, podían participar de ambas. Otros autores también señalan que por motivos ideológicos, socialistas y anarquistas eran poco afectos a la propiedad privada. 

Por lo cual, Armus y Hardoy señalan que “…fueron varios los modos de habitar de los sectores populares urbanos a fines del siglo XIX y comienzos del XX. Restando importancia a esa variedad, o reconociéndola solamente para ciertos períodos, los historiadores, arquitectos y planificadores urbanos han discutido el tema centrando su atención en el peso dominante del conventillo. Lo cierto es que, antes y después de la aparición de los anillos suburbanos, el conventillo fue una solución que apenas cubrió las necesidades de vivienda de un cuarto de la población de las ciudades-puerto vinculadas con la expansión agroexportadora” [viii]     

La huelga de inquilinos de 1907.

Es por todas conocidas las sórdidas condiciones en las cuales vivía la población de los inquilinatos desde las últimas décadas del siglo XIX, raro es que las protestas de los ocupantes se demoraran tanto (aunque hay que tener en cuenta la poca libertad de acción que tenían porque podían ser desalojados con facilidad). La cuestión es que en 1907 se produjo un fuerte aumento impositivo por parte del gobierno y que –como siempre sucede- los propietarios de los inquilinatos  trasladaron estos aumentos a las ya abultadas sumas que se cobraban por el alquiler de esos míseros cuartos. La protesta comenzó en las zonas con más conventillos: San Telmo, La Boca, Barracas, Balvanera, pero se extendió también a algunos municipios del Conurbano, por lógica primero a Avellaneda (ex Barracas al Sur) y también se hizo sentir fuerte en Rosario y más débilmente en otras ciudades del interior, como Córdoba y Bahía Blanca. O sea, salvo Córdoba, fue fuerte en las ciudades portuarias. [ix]

La revuelta fue rápidamente reprimida y también se procedió a deportar a “revoltosos” aplicándose la llamada “Ley de Residencia”. La Ley de Residencia, N° 4.144/1902 (o Ley Miguel Cané) permitió a las autoridades nacionales expulsar a inmigrantes sin juicio previo. Fue utilizada por sucesivos gobiernos argentinos para expulsar sindicalistas, socialistas, anarquistas y en general tratar de suprimir la organización obrera y la lucha por los derechos laborales y sociales. Fue solicitada por la Unión Industrial Argentina en 1899 siendo tomada por el senador Miguel Cané la iniciativa. Fue ampliamente utilizada en 1907, en 1909, luego de la llamada “Semana Trágica de 1919, en la Patagonia en 1922.

Oscar Yujnovsky es otro de los historiadores que analiza el tema de la vivienda ligado al concepto de desarrollo urbano, dado que define a las ciudades como aparatos de consumo colectivo de servicios habitacionales y también es de los que fijan su mirada en el tema del conventillo y sobre todo, en el sistema de apropiación de la renta inmobiliaria en general.

Comienza en 1880 tomándolo como punto en el cual se consolida la inserción dependiente  del país en el sistema capitalista internacional,  analizando los sectores que se apropian de la riqueza partir del control político y de la implantación de un modelo de dominación interno que se extiende a todo el territorio. Toma en cuenta la crisis de 1890 que detiene no sólo la economía sino la inmigración extranjera y a partir de allí la lenta recuperación hacia finales del siglo en el cual se produce nuevamente inversiones en infraestructura, expansión agropecuaria y inmigratoria, ciclo nuevamente interrumpido, pero esta vez por la Primera Guerra Mundial.

Analiza cómo se produce el excedente creado por el proceso de acumulación de tierras tanto urbanas como rurales. En cuanto a la Ciudad de Buenos Aires señala: “Hasta fines de siglo, es especialmente importante la renta extraída mediante alquiler de los cuartos en edificios de “conventillo” (subdivisión de las antiguas casonas) y casas de inquilinato, habitados fundamentalmente por población europea inmigrante de bajos recursos. Hacia el final del período se construyeron especialmente casas multifamiliares para alquiler en áreas céntricas de renovación. Pero la gran fuente de beneficios fue la inversión especulativa y fraccionamiento de tierras periféricas posibilitadas por dos factores fundamentales: la extensión de la red de transporte de pasajeros y el mecanismo de venta en remate con financiamiento a largo plazo, que se desarrolla especialmente a partir de 1903-1904 […] estudiando la distribución de la propiedad en 1890, se comprueba que el 1,5% de los propietarios poseía 10 o más inmuebles (17% del total de los inmuebles). De éstos, 6 propietarios (0,03%) eran dueños de 1.499 propiedades (3,5% del total)” (según Anuario Estadístico de la CBA, año 1889-91). Este historiador se destaca por el importante acopio de acervo estadístico incluido en el análisis

Una minoría de clases propietarias va a utilizar su poder de influencia o dominio del Estado “para asegurar que el funcionamiento del sistema de asignación de recursos en el desarrollo urbano y la vivienda y el proceso de valorización redunden en su beneficio. No solo radica su poder en el orden nacional mediante un sistema oligárquico, sino también en el orden local por el régimen jurídico municipal. Este posibilita el control directo al nombrarse el intendente por el Poder Ejecutivo y elegirse el Concejo por el voto calificado de los contribuyentes. Pero inclusive, en varios períodos discontinuos, el régimen municipal quedó suspendido, actuando en lugar del Concejo una junta de vecinos “notables” designados en forma directa”. [x]

Parque y cuadrícula universal en el análisis de Adrián Gorelik. [xi]

Cuando en 1880 se resuelve la “cuestión Capital” es el intendente Torcuato de Alvear (1880-1887) el que propone anexar los pueblos-intendencias de Flores y Belgrano. Esto no fue fácil de aceptar para la Provincia de Buenos Aires, pasan varios años y recién las Cámaras sancionan la sesión en 1887.  Dice Gorelik que la idea de Alvear no es crear una gran ciudad, sino una pequeña rodeada de espacios verdes, servicios e industrias (modelo napoleónico). El que ha viajado por Europa, en llanura como en París, observará que la ciudad termina (con edificios de varios pisos) nítidamente en un lugar, y aparece la campiña, los sembradíos y el ganado. Entre ciudad y ciudad siempre hay campiña. Además dentro de la ciudad hay barrios que se conforman como sectores diferenciados unos de otros, espacios particularizados.

La idea del Parque, del Centro Cívico es la que más se identificaría con un barrio, concebido como una construcción de identidades socioespaciales, asociaciones populares, escuelas, clubes, etc. La compara con la concepción de la idea de la “civilización” contra la “barbarie” del campo ilimitado. El parque era el “primer laboratorio público de cualificación suburbana, como modelo y como ideal”, expresa. Así en las 2 primeras décadas surgen los parques “Patricios”, “Chacabuco”, “Centenario” o “Avellaneda”

Pero lo insólito (para este autor) es que el Departamento de Obras Públicas hace en 1904 un plano donde se universaliza la cuadrícula. Para Gorelik la novedad del trazado de 1904 es radical, una desmesura que trae la monotonía de la planicie, de la pampa. Pero hay una realidad que se impone, porque los habitantes de lugares alejados del centro solicitaban pedidos de alineación de lotes, el loteo suburbano era cada vez más intenso. Si se quiso impedir esto el mapa de 1904 lo que hizo fue dinamizar la actividad inmobiliaria. Considera entonces que éste “resultó un explosivo dinamizador de la actividad inmobiliaria” . Se incentivó la especulación a través de la “renta de espera”, que es comprar en espera de la valorización de los próximos loteos.

“Por eso es que puede hablarse, para esos años, de un rol reformista de la cuadrícula universal: frente a la inexistencia de alternativas más avanzadas, el trazado de un plano homogéneo fue la forma en que el Estado se hizo presente, como garantía de la renta pero también con respaldo público de la potencialidad urbanidad” Potenció la “comunidad de pequeños propietarios […] Todo esto favorecido por una geografía que no presentaba obstáculos importantes […] al imaginar una ciudad como prolongación exacta de la ciudad tradicional, presuponiendo para un futuro ideal la desaparición de los límites entre ciudad nueva y vieja, pero también entre barrio y barrio o entre barrio y centro, la cuadrícula proyecta, anuncia y sienta las bases de la pérdida de toda cualidad de ciudad en la regularidad del espacio cuantificado de la metrópolis”. (dice que la diferencia entre esta ciudad y las del resto de Latinoamérica es notable, aludiendo  a la conformación geográfica, pone el ejemplo de Santiago de Chile) [xii].

¿Por qué hay tan pocas edificaciones colectivas? [xiii]

Pero hay otra manera de analizar la particular conformación de la Ciudad y su conurbano, más allá del problema de la cuadrícula existente y el excesivo tamaño de sus manzanas. Pancho Liernur se pregunta por qué motivos Buenos Aires, que recibió múltiples influencias, difiere tanto de otras capitales en su modelo de expansión urbana, por qué no generó edificaciones colectivas, más bien cerradas, sino una edificación individual y abierta. Inclusive se pregunta cómo se llegó en el breve lapso de 1910 a 1930 a la transformación de la “casa chorizo” a la “casa cajón” y que mecanismos incidieron para que esto sucediera. Quiere entonces detectar los mecanismos de este proceso en la forma de habitar, su estrategia “en aquellos nudos conflictivos donde la opción tipológica adoptada –casa propia, individual, compacta, de una planta- permitió la coincidencia entre intereses generales de los sectores dirigentes y necesidades inmediatas de los sectores populares, configurando una base de consenso que actuó como elemento de resolución” [xiv]

No fue así en los primeros tiempos de la Gran Inmigración, caracterizada por su carácter de “golondrina”, la población migrante iba y venía, no se instalaba en forma permanente en ningún lugar (en su mayoría), ideológicamente aquellos anarquistas o socialistas de las primeras épocas no tenían como horizonte poseer una propiedad. Si mandaban remesas a sus parientes en el exterior, medida que constituía un grave problema financiero para el país, no así para los bancos beneficiados. Con respecto a esto último encuentra que hacia el Centenario estas remesas habían perdido mucha importancia, al mismo tiempo que en los nuevos vecindarios empezó a encontrarse facilidades para la adquisición de la tierra, lo que se convirtió en incentivo para la propiedad privada.

Coincidía esto con grandes inversiones extranjeras en infraestructuras (trenes, tranvías) que acercaban a las tierras que dejaban de ser de producción agraria para convertirse en urbana, además de la ampliación de la frontera agrícola ganadera. Otro factor que influía era el costo excesivo de los alquileres en las zonas de la antigua Buenos Aires. Empezó así el éxodo a extramuros, lugares que, como he analizado carecían de los servicios de aguas corrientes,  cloacas, pavimentación, servicios de recolección de basuras, alumbrado, entre muchas carencias. Había una ventaja además, en determinados rubros como la industria textil, los cueros, servicios personales, se podía utilizar la misma vivienda para ejercerlos.

La prédica de la medicina higienista.

Desde las últimas décadas del siglo XIX los “higienistas” tomaron al conventillo y, en general al hacinamiento y la falta de salubridad pública, como fuente de todos los  problemas. Esto se agudizó con las sucesivas epidemias que diezmaron a la población capitalina. El inquilinado fue la fuente de las malas costumbres, de la llamada “mala vida”, del delito, de la formación de niños futuros delincuentes.

Para Liernur  no fue entonces mal vista la descongestión urbana por parte del poder político, existía mucha condena moral a la existencia de los conventillos, sobre todo a partir de la Huelga de Inquilinos de 1907. La descongestión céntrica una solución. Y estas pequeñas casitas autoconstruidas, alquiladas, o pequeños conventillos, casillas hechas con materiales de desecho, se convertían en morada de familias ampliadas. La mayoría de las veces viviendo en el mismo cuarto. Cuarto donde se dormía, se trabajaba, se comía. Y los hijos podían gozar de la amplitud que daba esos barrios en construcción que coexistían con grandes potreros.

Pero los sectores dominantes, expresados a través de las discusiones en las Actas del Concejo Deliberante o en las Memorias del Ejecutivo Municipal, marcaban la preocupación sobre el avance sobre nuevas tierras carentes de caminos transitables, de agua potable (elemento que hacía estragos en la población, especialmente en los niños), de recolección de residuos, de servicio eléctrico y, muchas veces de medios de comunicación adecuados cuando las nuevas vecindades estaban lejos de las estaciones de ferrocarriles o del servicio de tranvías (como es el caso de nuestro Monte Castro, que hasta tenía el inconveniente de las crecidas del Arroyo Maldonado que lo aislaba).

El crecimiento de la población dependía de la existencia de transporte público y del nivel de precios del boleto. El tranvía era un medio accesible para los trabajadores, de ahí su importancia en el crecimiento barrial, según Scobie la urbanización se extendía a cuatro y hasta ocho cuadras del servicio. No sucedía lo mismo con el ferrocarril, al que tenían acceso –por su precio- sectores más favorecidos. Un ejemplo de ello es Villa Devoto, que no tuvo tranvías. El mayor nivel económico de su población lo convirtió en un barrio prestigioso. [xv]

Otra preocupación de las autoridades era el nacimiento de la casita sobre terrenos amplios, a fin de crear espacios para un mínimo cultivo, un gallinero, o alguna pequeña actividad productiva. Así en la MEMORIA MUNICIPAL de 1898-1901 se expresa:

“Si la ciudad de Buenos Aires en lugar de tener una edificación chata y desparramada, tuviera casas altas en proporción á admitir que cada casa tuviera un piso alto, que  en cada una habitaran cinco personas, se podría, con la pavimentación actual, tener pavimentada toda la zona habitada con las 800.000 almas […] En otros términos, con la misma pavimentación, se podría tener pavimentada una ciudad de 2.317 manzanas, con 40 casas altas y bajas en cada manzana; con una población de cinco personas con casa, lo que daría para toda la ciudad, una población superior de 800.000 almas (pero esa población) hoy está distribuida en un espacio cinco veces mayor. Esto demuestra también lo irracional de la edificación actual; la necesidad de propender á concentrarla más, á fin de que los servicios municipales sean apercibidos por todos y se hagan con una enorme economía” [xvi]

Mientras que se jerarquizaba la propiedad en norte de la ciudad,  las tierras residuales del sur y oeste eran ocupadas por los sectores más pobres y por la incipiente industria sin que el Estado se ocupara por su salubridad y su impacto sobre el entorno. Los sectores sociales más favorecidos buscaban las tierras más altas para establecerse.

Reforma Electoral de 1916. Nuevos actores toman “el problema de la vivienda obrera”: Radicales, Socialistas. El papel de la Iglesia Católica.

Como consecuencia del problema de los inquilinatos, la necesidad de tranquilidad social, la prédica de la medicina higienista, de los nuevos concejales electos a partir de la reforma electoral de 1916 que llevó al Concejo Deliberante a socialistas y radicales, el tema de “la vivienda obrera” como se solía decir, cobró cada vez más importancia.

Integrantes del Partido Socialista, tomaron muy en cuenta el tema de la vivienda, pensándolo resolver desde la iniciativa social y no desde el Estado, así un grupo de dirigentes, encabezados por Juan Bautista Justo y Nicolás Repeto, entre otros, crean la Cooperativa “El Hogar Obrero” en el año 1905 que realizó múltiples obras de diverso tipo (casas individuales a viviendas colectivas) tanto en la Capital como en provincias, con varias obras en el Conurbano Bonaerense. En 1907 inician con préstamo hipotecario130 casas y en 1911 emprenden la alternativa del modelo de “vivienda colectiva”. Con el paso de los años incorporarán la infraestructura educativa y cultural que continúan en el presente.

En 1915 se crea la Comisión Nacional de Casas Baratas, lugar en el cual confluyeron diversas instituciones, ya en octubre de 1907, Juan Cafferata [xvii]  había informado las conclusiones del Segundo Congreso de Católicos Argentinos en materia de vivienda popular: “Siendo uno de los medios más eficaces y humanitarios para poner al obrero a salvo de la anarquía y de otras ideas perturbadoras del orden social, el hacerle propietario y la posesión de una casa que consulte las reglas de la moralidad e higiene, la propiedad más necesaria y beneficiosa para él” [xviii] Consideraba que el Estado (en sus distintos estamentos), “las personas de fortuna”, “los católicos”,  invierta en proporcionar a los obreros viviendas que contemplen la moral, la higiene, su economía (facilidades de pago, alquileres módicos cuyo pago contribuya a la amortización de la deuda).

Por otro lado las instituciones católicas se embarcaron en septiembre de 1919 en la realización de la “Gran Colecta Nacional Pro Paz Social”. En realidad hasta ese momento los hombres de fortuna poco habían aportado, salvo la donación de Azucena Buteler (1907) y las  viviendas que - con fondos del Jockey Club donados en el mismo año-  la Asociación San Vicente de Paúl había construido. Al frente de la Gran Colecta se coloca a una nueva institución, la Unión Popular Católica Argentina, produciendo el desplazamiento de otras instituciones más ligadas a la política y a la represión de obreros, como la Liga Democrática o la Unión Democrática

Pero a nivel individual (algunos notorios personajes) existió una integración de la participación en organismos como la “Gran Colecta Nacional” y organizaciones políticas violentas y xenófobas, como ejemplo la de Monseñor De Andrea en la primera y a su vez en la Liga Patriótica, o el vicealmirante Domecq García que adiestraba “guardias Blancas” para la participación en la represión de la Semana Trágica. El “fantasma” de la Revolución Rusa los congregaba. No todos participaban en el “cristianismo social” y a algunos sólo les interesaba la faz represiva, como a Riccheri, Ramón Falcón o Elpidio González, por su carácter militar o policial. [xix]  . Otros unían su acción a través del pensamiento económico o actividad económica, como Emilio Lamarca o Alejandro Bunge, que incluso presidió la Unión Industrial Argentina. .

Mientras esto sucedía, los políticos pensaban pero apenas concretaban los proyectos de “vivienda obrera”. Algunos proyectos tuvieron resolución, pero mínimos para el nivel que se requería de construcción de vivienda.

Más adelante serán incorporados al análisis dos emprendimientos aledaños al Barrio Monte Castro, atento su significancia y/o su incidencia barrial: El Barrio Segurola y el Barrio y Escuela Juan B. Justo.

Un debate importante (y fracasado) sobre la urbanización de Buenos Aires: “El Proyecto Orgánico de Urbanización del Municipio”

En 1925 la reflexión urbanística y las discusiones aparecen a la luz del Proyecto Orgánico de Urbanización del Municipio. Pero en realidad el debate proviene de un proceso de reforma pública de larga duración que comienza en los finales de siglo XIX y se modifica drásticamente en los años treinta, coincidiendo con la gestión municipal de Mariano de Vedia y Mitre (1932-1938). Gorelick distingue dos momentos: el primero es de la expansión “silenciosa” del espacio habitado, dando origen al “artefacto público barrio”  en el que se percibe lo colisión entre la grilla y el parque y un segundo momento en 1925 marcado por el proceso de discusión del Proyecto Orgánico. “Allí se producen los debates entre quienes buscan  recomponer la ciudad en su marca tradicional y quienes, haciéndose cargo de las transformaciones ocurridas, postulan la necesidad de una redefinición global del estatuto metropolitano, en función de democratizar la ciudad integrando la nueva metrópoli y sus nuevos habitantes. Finalmente, la modernización de mediados de los años treinta clausura (…) la ambición reformista de esas propuestas y la potencialidad de aquella colisión, señalando a su vez ciertas relaciones entre Estado y sociedad que afecta los modos en que la historiografía reciente ha pensado el rol de la sociabilidad popular urbana de entreguerras. Los tres momentos se corresponde con los tres capítulos del trabajo; el primero y el tercero dando marca a manera de introducción y cierre al que hace referencia el título”. [xx]

El Proyecto Orgánico de Urbanización del Municipio fue realizado por la Comisión de Estética Edilicia nombrada por el intendente Carlos Noel en 1923 y se publicó en 1925. Surge de un clima político, social y Cultural en el que la cuestión de los “barrios suburbanos” ya había ganado protagonismo. Por una parte, la mancha urbana, que no había cesado de expandirse va completando sus intersticios, y lo que antes eran pequeños vecindarios disgregados y semirurales comienzan a fundir las soluciones de continuidad que había entre ellos y con la ciudad. Por otra parte, y en cierta forma a consecuencia de este comportamiento de la mancha urbana, las organizaciones vecinales –y con ellas, los intereses locales que defendían- se habían se habían ido convirtiendo en actores políticos destacados a partir de la segunda mitad de la década del diez, en el doble proceso por el cual construyen nuevas redes de sociabilidad en los barrios y a la vez se vuelven interlocutores reconocidos frente al Estado; el doble proceso en el cual  “los habitantes se constituyen  simultáneamente en miembros plenos de la ciudad y del sistema político” (Leandro Gutiérrez y L. A. Romero). Pero, además, en 1918 se democratiza el Concejo Deliberante, abriéndose un inédito protagonismo del radicalismo y el socialismo: es indudable la carga reformista con que ingresan al gobierno municipal los nuevos concejales, lo que les hace poner el acento en los problemas del suburbio, aunque, como veremos, sobre todo los socialista mantengan relaciones complicadas con las instituciones vecinales que se habían erigido en representantes ¿naturales? De los intereses suburbanos”

Para la Comisión de Estética el gobierno contrató al paisajista Jean Charles Forestier (en esta Comisión no se incluyó al Concejo Deliberante, lo que consiguió que este entrara en conflicto con la propuesta. Para la Comisión el suburbio era el cordón de los nuevos barrios y el lugar debía convertirse en “barrios obreros” sea de construcción pública o filantrópica y los parques era el factor de “embellecimiento” y salud física.

Crecimiento de los vecindarios del Oeste: San Bernardo y Vélez Sarsfield [xxi]

ZONAS EDIFICADAS ENTRE 1888 Y 1909  [i]

Plano 1. Comparativo de los años 1888 (la ciudad completa, con la anexión de las municipalidades que pertenecían a la Provincia de Buenos Aires); 1995; 1905 y 1909 (Censo del Centenario).

Plano 2. AREAS EDIFICADAS EN 1909.  En ellas se identifica como reciente urbanización la zona de la Subintendencia de Vélez Sarsfield: los nuevos mataderos (Nueva Chicago, el último tramo de la Avenida Rivadavia, una franja entre Bermúdez y Segurola y hacia el norte Villa Devoto. La “franja” mencionada corresponde a Jonte, hacia el norte nada urbanizado hasta llegar a Villa Devoto. El plano corresponde al Censo de 1909. [ii]  Monte Castro es un vacío. Y vemos el nacimiento de lo que sería el nuevo Monte Castro, sus inicios como barrio, entre Bermúdez y Segurola, de Jonte al Sur.

POBLACION POR SECCIONES. Es otra manera de considerar la ocupación del territorio en el Censo de 1909. Monte Castro pertenece a la Circunscripción XV “San Bernardo” cuyo radio estaba comprendido entre las calles: Gaona-Juan B. Alberdi, Avenida Gral Paz, Cuenca-Carril-Forest-Corrientes. Tenía sólo 48.381 habitantes en 735 manzanas, lo que da un promedio de 13 habitantes por hectárea. Solo Vélez Sarsfield- Circunscripción 1 (ubicada al sur de San Bernardo – Circ. 15) se presentaba más despoblada, al ser un sector más extenso porque tenía casi la misma población que su vecina.

Servicios de agua y cloacas según Censo de 1909. Total de casas con el servicio. Comparación entre San Bernardo y el promedio general de la Ciudad de Buenos Aires.

                                                               C. 15 San Bernardo          Total de la Ciudad

Agua corriente                                              29                                       59.660

Aljibe                                                               18                                            699

Pozo de agua semisurgente                   2.107                                      20.218

Pozo común                                              4.823                                      30.743

Total de casas                                           6.977                                    111.319

Casas con cloacas                                                                                     46.530

Casas sin cloacas                                      7.099                                       64.905

Total de casas                                           7.099                                     111.135

2.2.- Intentos de descentralizar: Creación de la Subintendencia de Vélez Sarsfield: sólo se consignarán datos de interés general y los que se refieran al Paraje Monte Castro.

Disposiciones del Concejo Deliberante.

Como una manera de –a través de la descentralización- mejor atender las necesidades del crecimiento de la Ciudad, en 1910 la Municipalidad de Buenos Aires creó la Subintendencia de Vélez Sarsfield desprendiéndola de la de Flores y en menor medida sectores de Belgrano. Pero, de manera similar a las actuales Comunas, estas jurisdicciones no tuvieron presupuesto, infraestructura y personal para atender las necesidades de las áreas que le comprendían, y los desafíos que le planteaba el surgimiento continuo de nuevos vecindarios a los que denomina “villas” o “vecindarios”.

Las Memorias de la Subintendencia nos permiten un mejor conocimiento de la zona, porque la información a nivel de la Ciudad y las discusiones en el Concejo Deliberante tienen como núcleo central al “antiguo  Buenos Aires”. Por ejemplo, en el año 1900 por Ordenanza se declara obligatorio el revoque de las paredes de los frentes de los edificios (aunque al año siguiente se prorroga el plazo de cumplimiento) pero sólo se refiere a la antigua Buenos Aires. Años anteriores, en 1905 se había prohibido la apertura de calles en terrenos inundables, pero luego se comprobará que esto no se controlaba en los valles de inundación del Riachuelo hacia el sudoeste o en la cuenca oeste del Maldonado, y los concejales eufemísticamente llamaran a esos compradores “los terratenientes de las lagunas” sin tomar medidas.

En 1909 se aprueba una Resolución que autoriza al Departamento Ejecutivo a invertir hasta la suma de 27.250 pesos en la prolongación de las cañerías distribuidoras para proveer de agua al radio central de Vélez Sarsfield y a la colocación de surtidores libres. Por solicitudes emanadas luego de la Subintendencia y que constan en sus Memorias, esto se cumplió muy parcialmente.

En el Concejo Deliberante se aprueba en 1910 la compra de la casa para el funcionamiento de la Subintendencia de Buenos Aires el 23 de junio de 1910, un terreno de 4.100 m2. Otra disposición del mismo año es la “declaración de utilidad pública” los terrenos para abrir la calle Bermúdez desde San Julián (Gral. César Díaz) a Rivadavia.

En 1911 produce arduas discusiones entre los concejales el lugar en el cual se localizará el Corralón de Vélez Sarsfield. La propuesta (que luego se aprueba) es la adquisición de un terreno al Sr. Rígoli con frente a las calles Sanabria, Morón, Gaona y Gualeguaychú. Es el concejal Boeri (propietario de terrenos en Vélez Sarsfield el que más se opone). Argumenta que solo hay abiertas dos calles allí (Gaona y Gualeguaychú), que está muy lejos de Rivadavia y del “centro” de Vélez Sarsfield y eso le resta valor y por último, dice que es muy caro.

Otras disposiciones de ese año son la modificación de las calles Calderón, Bermúdez y Quevedo al cruzar las propiedades de los señores Raffo, Pereyra y otros; la pavimentación de algunas calles del “centro de Vélez Sarsfield”, en cercanías de Rivadavia y por Villa Devoto.

ACLARACIÓN IMPORTANTE: Cuando se habla del “centro de Vélez Sarsfield” se están refiriendo a los alrededores de la plaza del mismo nombre, ubicada entre las calles Avellaneda, Bahía Blanca, Bogotá y Chivilcoy a lo cual se suma el área de influencia de Rivadavia.

En 1912, por Resolución de abril de ese año, se aprueba la apertura de un pasaje en una manzana de terreno de propiedad del Sr. Boeri, situada en Bermúdez entre Muratore y Camarones, con sesión gratuita de calle de 10 metros de ancho (era el mínima permitido) desde Bermúdez a Cervantes. Consigno esta autorización porque no es habitual encontrarlas, generalmente se permitían desde el Departamento Ejecutivo o directamente lo hacía el propietario como hecho consumado. Este pasaje, conocido en sus comienzos como “Boeri” a partir del 30/10/1914 se denominará “Rubens”.

Subintendencia de Vélez Sarsfield y sus Memorias

Se comienza adquiriendo el edificio de avenida Avellaneda 4109,4113 y 4147, con frente a Gualeguaychú 424 inaugurándose el 9 de octubre de ese año. También inicia el proceso de compra para construir un corralón entre las calles Gualeguaychú, Morón, Sanabria y Gaona.

En cuanto a sus Memorias, éstas se componen de:  1) informes presupuestarios relativos a ingreso de partidas y egresos; 2)una presentación de las mejoras conseguidas a lo largo de cada año, éstas se refieren fundamentalmente al eje que rodea a ambos costados a la Avenida Rivadavia y las vías del F. C. Oeste, a lo que llama “centro de Vélez Sarsfield” que sería el entorno de la plaza del mismo nombre y la estación de tren Vélez Sarsfield (actual Floresta), [i] a los nuevos Mataderos (Nueva Chicago) y  a Villa Devoto; 3) Finalizan con las solicitudes al Poder Ejecutivo de mejoras puntuales solicitadas por el subintendente Luis A. Mohr (hijo) o por vecinos u sociedades de fomento. Solicitudes que –en su mayoría- se repiten año a año sin ninguna respuesta efectiva.

En la Memoria del año 1911 hay una definición de cuáles son los vecindarios que se consideran existentes:  “ Con respecto á las villas existentes dentro de la extensa zona jurisdiccional de Vélez Sarsfield, denominadas Lugano, Nueva Chicago, Riachuelo, Luro, Liniers, Del Parque y Devoto; estímase que se propenderá á dotarlas de los servicios de alumbrdo y de recolección de residuos domiciliarios mayores, porque en todas ellas los terrenos baldíos y las calles se en mal estado.”

Ese año se realizan mejoras en el alumbrado se colocan 41 faroles a gas en Bahía Blanca, de Jonte a Gaona y otros en forma desparramada. En Devoto se instalan 119 lámparas más de alcohol.  Se dispuso “la iluminación de Avenida Segurola, que conduce a Monte Castro y Villa Devoto, con lámparas  Kitson á kerosene y mechas incandescentes, puestas sobre altas columnas de fierro. Esta resolución fue tomada en virtud de inconvenientes opuestos por las Compañías Primitiva de gas y Alemana Transatlática para extender sus cañerías y cables alimentadores, respectivamente. El ensayo de este sistema de alumbrado ha de servir de prueba para su definitiva adopción, y se espera que con él podrán beneficiarse calles apartadas, donde falta el coeficiente de la luz para la seguridad pública”.

Una preocupación continua es el estado de las vías principales como Segurola-Sanabria , Gaona, Jonte, Carrasco, Rivadavia y adyacencias, Avellaneda, Cuenca, Directorio, Emilio Castro, Provincias Unidas (Juan B. Alberdi),entre otras, y,  por supuesto, el arroyo Mandonado, sus puentes (vehiculares o peatonales) y las alcantarillas para facilitar el escurrimiento hacia el arroyo.

Otras de las preocupaciones son: la limpieza pública y el manejo de residuos (se requieren hornos crematorios), el agua potable con la construcción de pozos semisurgentes, arreglo de cunetas, corte de yuyales, la existencia de animales sueltos especialmente caballos  con el consiguiente amontonamiento de estiércol.

Otro requerimiento es la necesidad de extender la pavimentación. En este año se reclama como de mayor necesidad la pavimentación de Provincias Unidas (J. B. Alberdi), Lacarra, R.L.Falcón y Avellaneda

En la Memoria de 1912 se vuelve a insistir en los mismos temas y requerimientos.  Con respecto al alumbrado consigna que cuando es a gas excepcionalmente puede iluminar hasta la medianoche. Otro problema es la falta de personal para encender los faroles que así lo requieren. Faltan faroleros.

Se solicita urgencia en el tiempo de construcción del nuevo corralón, sobre el terreno comprado entre las calles Gualeguaychú, Morón, Sanabria y Gaona.

Las condiciones climáticas condicionan mucho los trabajos, en el invierno no se puede trabajar en la vía pública por el barro y en el verano las calles, cunetas  y veredas están invadidas por yuyos, dado la existencia de grandes baldíos que, además, muchas veces carecen de alambrado. La recolección de residuos es muy deficiente aun en las villas pobladas y provoca el enojo de los vecinos. Se anuncia la pavimentación de varias arterias, entre ellas la estratégica Provincias Unidas (Juan Bautista Alberdi) desde Mariano Acosta hasta la Gral. Paz.

Caminos vecinales y diagonales (Plan Bouvard aunque no se lo denomina con ese nombre. Este es un planteo que se repite año a año. Fundamentalmente se trata de unir Villas con caminos rectos. Se destacan la prioridad de Segurola, la de San Fernando (actual Lisandro de la Torre y de Larrazábal.  O sea, se busca una vía directa entre Rivadavia y Devoto, pasando por Monte Castro (hay quintas sobre Segurola que impiden el tránsito), pero la Intendencia se demora en la expropiación y la ruta sigue siendo Segurola-Jonte-Sanabria por varios años.  Las otras conexiones solicitadas son Vélez Sarsfield y Liniers con Nueva Chicago y Lugano con Liniers.

El subintendente es un entusiasta del proyecto de creación de diagonales propuesto en el Plan Bouvard. El plano establecía la creación de diagonales no solo para abrir la trama de la antigua Buenos Aires sino también un plan global para el suburbio, cuya ventaja sería unir “villas” con caminos rectos entre los núcleos poblados atravesando la grilla. Estima Mohr que estas aperturas no serían de gran costo por expropiaciones, dado que la urbanización era incipiente. Esto coincide con la apreciación de Adrián Gorelik sobre lo conveniente que era el Plan Bouvard para los suburbios, dado que fue el único relativo a los vecindarios que estaban surgiendo hacia el oeste. [ii]

En la Memoria siguiente (1913) hay una queja porque la Intendencia no hace lugar a la solicitud de apertura de la calle Segurola desde Tinogasta hasta Tres Cruces por considerar muy onerosa la expropiación y anuncia la pavimentación de Sanabria. La Subintendencia sigue afirmando que se debe hacer todo lo posible dada la importancia de Segurola: “…sería de lamentar el perjuicio que se arroga á la estética de tan importante vía (Segurola) de comunicación, que la imaginación presentía, recta adoquinada, con su ininterrumpida línea de luces de los focos ‘Kitson’, actualmente colocados desde el Arroyo Maldonado hasta Jonte, con doble fila de árboles y veredas amplias, sirviendo á la circulación de automóviles, en la forma de circuito, sin sinuosidades perjudiciales á la rapidez de la marcha. La Avenida Segurola está señalada en el plano general del Municipio , como camino principal indiscutible. Por él han de comunicarse Belgrano y las villas Devoto, del Parque, Urquiza, con el centro de Vélez Sarsfield para participar de su gran Parque Olivera, donde se llevan importantes obras de embellecimiento llamadas á despertar el interés de la población entera. La elección misma de la calle Sanabria, para ser pavimentada desde Jonte hasta Tres Cruces, conspira contra las apuntadas consideraciones sobre lugar, tiempo y forma de las medidas propuestas por esta Sub-Intendencia. De ahí que, la repartición informante, se permita solicitar la reconsideración del asunto “

Respecto a Monte Castro: “Se implanta el servicio de recolección de residuos domiciliarios en las calles Alcaraz de Bernaldez a Marcos Paz, Marcos Paz a Benito Juárez, ésta de Alcaraz a  Jonte, Marcos Paz de Alcaraz a Jonte y Pasaje Antonio Carozzi  de Marcos Paz a Benito Juárez”. Se hicieron pasos de piedras en Jonte y Allende, Marcos Sastre esquina Chivilcoy, Indio esquina Moliere. En realidad este tipo de intervención: “pasos de piedra” son comunes en toda el área de la subintendencia, como una manera de mejorar un poco la transitabilidad.

En la Memoria de 1914 se informa que fueron fueron pavimentadas en granito, con base de hormigón 46 cuadras entre ellas Sanabria de Jonte a Tres Cruces.

Definición del  “centro de Vélez Sarsfield” “está constituida por el asiento de las principales escuelas, estación del ferrocarril, iglesia, subintendencia y plaza principal”

Se produce un incremento en el ingreso de la recaudación por impuestos debido al aporte de los 18 hornos de ladrillos instalados en terrenos de la Sucesión Rocca por derechos de los años 1911, 1912 y 1913.

Gestiones ante superioridad: Entre las muchas gestionadas año a año se encuentra la de la necesidad de Implantación del servicio de recolección de residuos en el barrio que corresponden las calles San Julián (César Díaz), Bermúdez, Irigoyen y Jonte.  Arreglo de la calle Bahía Blanca, de Arregui a Jonte. Arreglo de la calle Segurola entre Melincué y Nogoyá, recientemente librada al servicio público. Arreglo calles Virgilio, de Indio (Elpidio Gonzàlez) a Miranda. Plantación de árboles en ambas aceras de la calle Segurola, desde Monte Dinero (Belaustegui) a Jonte.  A fin de facilitar el acceso de alumnos y maestras a la recientemente creada Escuela Nº 25, ubicada en Bahía Blanca 2170, se solicita la construcción de los pasos de piedras más indispensables en el citado paraje, Se trata de la actual escuela “Provincia de Misiones” que veremos en este mismo capítulo.

Otro pedido sobre Monte Castro: “satisfaciendo un pedido de vecinos y de la escuela del Estado situada en la calle Jonte y Marcos Paz (se trata de la escuela Monte Castro, no está bien consignada la ubicación), se indica la necesidad urgente de disponer la colocación de faroles de alcohol desde Segurola, por Jonte, hasta Bermúdez”

Otra inquietud que se plantea es la necesidad de realizar un barrido periódico de la calle Segurola de Rivadavia hasta Jonte.

En la Memoria del año 1915 se vuelve a insistir sobre temas recurrentes: los problemas que ocasionan los cercos vivos abandonados, además que los dueños de terrenos baldíos no pagan impuestos, que los carros atmosféricos tiran la materia fecal en cualquier lote abandonado o no cercado, que hay caballos sueltos por todos lados dado que así sus dueños no tienen necesidad de comprar su alimento, que se necesitan caballerizas y se debe legislar en consecuencia, que es un problema la constante invasión de moscas. De todos estos temas se solicita una reglamentación, especialmente la relativa al ganado o sobre la venta callejera: se requiere mayor seguridad, higiene y control, especialmente sobre la venta de pescado fresco, de fainá,  frijoles, etc. Otro problema que se repite es el de la leche adulterada, se solicitan aparatos para medir su densidad.

También se vuelcan propuestas de ordenanzas, por ejemplo, como en invierno no se puede transitar, se propone adoquinados de 6 metros en el centro (a ampliar posteriormente) así es más barato para cada frentista que paga 3 metros.

Informes sobre asuntos de interés general: denuncia de vecinos sobre “Tiro a Segno”. Salen balas al exterior del stand. Parece que la vida de los moradores detrás del polígono se ha vuelto imposible. Hay 12 o 15 casas perjudicadas

Sobre Monte Castro: Mejoras durante el año: Colocación de faroles de alcohol en: “B. Juárez entre Indio y Jonte. M. Paz entre San Blas y Jonte; Bernáldez entre San Blas y Alcaraz; Atahulpa entre Miranda e Indio; Médanos entre B. Juarez y Atahualpa; Indio (Elpidio González) entre B. Juárez y Atahualpa; Miranda entre Allende y Bernáldez; Alcaraz entre B. Juárez y Bernáldez; Pasaje Carozzi (Albania) entre B. Juárez y M. Paz; Jonte entre Allende y B. Juárez.

“Faroles de alcohol carburado en la calle Jonte de b. Juárez a Allende”.

2.3.- LOS HORNOS DE LADRILLOS.

El ladrillo es uno de los más antiguos materiales de construcción fabricado que uso el ser humano cuando se hizo sedentario para habitar su territorio, desde los simples secados al sol hasta los vitrificados luego por el fuego. La antigua Buenos Aires tardó un poco en elaborar ladrillos, ramas, barro y paja fueron los primeros elementos que le sirvieron de resguardo, en un hábitat carente de piedra y madera (hasta para hacer fuego). Luego se utilizó el adobe.

El primer horno para cocinar ladrillos y tejas que se registra –según permiso del Cabildo de Buenos Aires-  lo solicitó Fernando Álvarez el 17 de noviembre de 1608, 28 años después de la fundación de la Ciudad. Recién en el siglo XVIII se fue popularizando su uso [iii]

En la Ciudad de Buenos Aires los hornos fueron prohibidos en 1930.

Pero esta industria tomó importancia en cuanto la población empezó a crecer en forma exponencial con la gran inmigración. Los hornos se ubicaron en las cercanías de las zonas pobladas por las dificultades que implicaba su transporte, o buscando la baratura de la misma. Siguen existiendo hornos en la Provincia de Buenos Aires, en municipios alejados de la gran concentración urbana  que es el Gran Buenos Aires. En las provincias predomina como economía de subsistencia en la modalidad de ladrillo artesanal, empleando personal sumamente precarizado y gran cantidad de niños.

En las últimas mencionadas también es importante la presencia de trabajadores migrantes, procedentes de los países limítrofes (Bolivia, Paraguay). En el Censo de la Ciudad de 1909 (Censo del Centenario) hay estadísticas de la industria ladrillera. En el siguiente cuadro se consigna la nacionalidad de dueños y trabajadores. Estos últimos son 2915 hombres y 14 niños. El Predominio de extranjeros es muy relevante en relación a los porcentuales de los mismos en el país: El 71% de los dueños y el 85% de los trabajadores son extranjeros. Hoy como ayer es una industria que concentra trabajadores migrantes de escasa calificación laboral y sin protección social.

    NACIONALIDAD
Dueños%Personal%
Argentinos1112.444215.0
Extranjeros6370.8248785.0
Mixto1516.8  
TOTAL89100.02929100.0

Disposiciones legales sobre el funcionamiento de los hornos

El 31 de julio de 1905 la Honorable Comisión Municipal dicta una Ordenanza sobre la actividad de los hornos de ladrillos.  Establece un sector de la Ciudad cuyos hornos deberán tener más exigencias en cuanto a su infraestructura calificándolos de 1° categoría y el resto, no comprendido en ese radio se consideraran de 2° categoría. En los primeros la elaboración deberá hacerse en hornos cerrados y no se permitirá el uso de materias orgánicas en fermentación, en los demás se permitirán hornos comunes a hornallas.  El municipio extenderá los permisos de explotación a los de 1° categoría mientras se satisfagan estos requisitos. Los de la 2° categoría tendrán un permiso máximo de 3 años sin prórroga. Los permisos se extienden previo pago de un derecho. También existe un depósito en garantía a depositar en el Banco Municipal. Se establecen recaudos en cuanto al desmonte del terreno teniendo en cuenta su correcto desagüe. No se exige cumplimiento alguno respecto de las caballerizas, salvo de que “se satisfagan las condiciones generales de higiene”

Cumplimiento de las normas

Por lo investigado, el cumplimiento de las normas era sumamente laxo. La Subintendencia de Vélez Sarsfield  hace siempre notar esta circunstancia: falta de apego a las normas por parte de los propietarios y falta de personal del Estado para controlar.  Hago notar alguna de ellas: 1) dificultad en encontrar el permiso legal para el funcionamiento de los hornos, no siendo claro el organismo que debe expedirlo; 2) errores en cuanto a la delimitación de las áreas porque las calles solo estaban materializadas en planos y existe confusión hasta en los escritos de los organismos públicos, 3) los propietarios no cumplen con las ordenanzas en cuanto a las disposiciones que dividen los hornos según 2 categorías con distinto nivel de exigencia en cuanto al cuidado del hábitat, 4) existe gran demora en el pago de los derechos por parte de los propietarios, entre otros problemas que se expresan en las Memorias de los organismos municipales. Se darán algunos ejemplos.

No he encontrado muchas disposiciones de permiso de funcionamiento y, por ejemplo, en la consignada más abajo es el órgano legislativo quien otorga el permiso, pero no es clara el área de la explotación:

“Resolución. Autorízase al DE para otorgar permiso a los Sres. Milani, Depini y Cía, para instalar hornos de ladrillos en el terreno comprendido entre las calles Segurola, San Blas, Bernáldez, Muratore, San Marías, Camarones y Atahualpa, en las condiciones que establece las Ordenanza respectiva para hornos de 2da. categoría, debiendo pagar derechos de nivel que corresponden a hacer depósito de garantía de $ 5.000 en el Bco. Municipal a la orden del Sr. Intendente”. Sesión del 1 de octubre 1909.

Más contundente en cuanto a los problemas que existen en la realidad es el Proyecto de Ordenanza que la misma Subintendencia de Vélez Sarsfield propone en su Memoria de 1913, si bien hay que aclarar que el mismo Poder Ejecutivo había recabado opinión en cuanto a la ordenanza vigente en ese momento.

Presentación de un pedido de modificación de la Ordenanza de Hornos de ladrillos: La Sub Intendencia de Vélez Sarsfield reconoce la existencia de morosidad en el trámite de expedientes relativos a concesiones, a cobro de gravámenes y cumplimiento de las disposiciones vigentes, pero se aconseja, con referencia a niveles, hornallas, chimeneas y estercoleros, que la redacción de la Ordenanza (art. 237 y 257) obligue a la existencia de planos indicativos del área del terreno con la presentación conjunta del certificado de un depósito de garantía de las excavaciones, re cobro de los derechos de nivel y de los de inspección correspondientes a los años por los cuales se pida la concesión, o sea adelantados. Lo que se está pidiendo es mayor rigurosidad en el cumplimiento de lo que ya está prescripto, mayor precisión también.

También se requiere mayor precisión en lo referente a los espacios para caballerizas como así también los destinados a la guarda de estiércol. Corresponde establecer las condiciones de las  viviendas para peones y el personal de los hornos, debido a que las actuales condiciones general “focos de infección seriamente perjudiciales para dicho personal y el vecindario”

Se destaca que “En los hornos de la 2° categoría correspondería imponer uno ó más depósitos con caños ventiladores, de manera á evitar que se burle la Ordenanza, como ocurre ahora, porque la capacidad de uno solo no basta a satisfacer el propósito higiénico que se ha tenido en cuenta. La Sub Intendencia es de opinión, en definitiva, que deberán suprimirse  las dos categorías  existentes á los fines de una reglamentación uniforme que establezca el uso de hornallas y chimeneas con altura suficiente para arrojar el humo sin causar molestias. Por todos los parajes donde la instalación de hornos es posible, todavía, hay vecindad que resulta damnificada por el humo y emanaciones del estiércol fermentado, productor de moscas que invaden grandes extensiones a la redondea de estos establecimientos  y hacen molesta la subsistencia por la alarma que ese vehículo de contagio causa en el vecindario”. Propone además sanciones de tipo pecuniario a descontar inmediatamente del fondo de garantía. [i]

Censo y pago de derechos: Por último existe morosidad en el pago de derechos. Para ello es necesario implementar previamente un registro exhaustivo de los hornos existentes. Conocemos un listado de ellos a través de Emilio Vattuone, que usa como fuente los archivos policiales dado que por esa época era la policía la encargada de realizar “el trabajo de campo” de censar, inclusive en los Censos de la Ciudad o Nacionales.

Parte del día 8 de julio de 1913: “hornos al norte del Maldonado” [ii]

  1. Esteban Guassotti y Cía., Vicente Luciani y Cía.,  y Luis Posca y Cía.,  en aproximadamente las actuales Segurola y Elpidio González
  2. David Ghibaudi e hijos (actual Av. Segurola al 1100)
  3. Delfino, Damone y Monza (actual Segurola al 1300)
  4. M. Marcucci y Luciani Hno.,  y E. Marcucci e hijo y Marcelletti (actuales Avenida Segurola y Juan Agustín García)
  5. Juan Brambilla y Cía., E. Palestro, J. Barberis y Cía. A. Farina, Magnaghi, J. Fontana y Cía. (en Alejandro Magariños Cervantes entre Segurola y Bahía Blanca)                            
  6. Esteban Podestá (actual Avda SEgurola y San Matías)
  7. P. Ascacibar, O. Conti y Cía., (Bahia Blanca y San Blas)
  8. Demoni Cavallari y Cía (Elpidio González 4022)
  9. Corradini Hnos. y Nebbia (César Díaz y Montezuma)
  10. E. Cademartori (Dr. Luis Beláustegui y Bahía Blanca)
  11. S.A. Trabajo, Producción y Consumo (Elpidio González y Bermúdez)

Resultante de este Censo de Hornos las finanzas de la Subintendencia  se vieron incrementadas al año siguiente. Así se informa en la Memoria correspondiente el ingreso de $ 8.099,50 m/n.,  “… resultante de los que ingresaron los dueños de diez y ocho hornos de ladrillos instalados en terrenos de la Sucesión Rocca por derechos de los años 1911, 1912 y 1913. La renta, pues, por este concepto, no ha experimentado sino una suma considerable” [iii] . Por lo que vemos los dueños de los hornos eran sumamente morosos y, solamente en los terrenos de la Sucesión Rocca, había 18 hornos!

ENTREVISTA A UN PROTAGONISTA: DAVID GHIBAUDI.

En el año 2000 realicé varias entrevistas a David Ghibaudi y él me proporcionó las fotos que aparecen en este trabajo.  David era un hombre acostumbrado a testimoniar dado que participaba en los talleres de Historia Oral que dictaba la Prof. Francis La Greca.  Con su testimonio y sus fotos publiqué en esos años un cuadernillo sobre el tema para las escuelas primarias de la zona.

David Ghibaudi con su padre. 1925.

David Ghibaudi recuerda a los actuales barrios de Monte Castro, Vélez Sarsfield y Floresta como una unidad. Para él todo era Monte Castro y sobre el “Camino a Monte Castro” vivía (altura 1.300). Comenta que recién cerca de la década del 20 su calle pasó a llamarse Segurola, esto aconteció cuando comenzó a poblarse el barrio. [i]

        La elaboración de ladrillos fue toda una tradición en la familia. El abuelo de Don David empezó en 1900 con la industria. Su primer horno estaba donde hoy se encuentra la Plaza Irlanda (Avda. Gaona, Donato Alvarez, Seguí y Neuquen). El horno de la familia en nuestra zona estaba ubicado en Segurola, Médanos (hoy J.A.García), Chivilcoy y Camarones, tierra arrendada a la “Sucesión Rocca”.[ii]

        En las tierras de Rocca, extendidas entre los hoy barrios de Floresta y Monte Castro, existieron una decena de hornos de ladrillos. Para Don David esto originó una cava de 2,50 metros de profundidad. [iii]

         Aclara que los hornos de Ghibaudi “estaban muy bien instalados”. Poseían, además,  50 caballos de tiro, 6 chatas y 2 carros cortos para la distribución. Los campamentos eran tres: “El Pensamiento”, “El Trébol” y “El Lagarto”.

        Funcionó hasta 1930. Con el golpe militar de ese año también vino el cierre de todos los hornos de Buenos Aires. Recuerda que tenían en ese momento muchos ladrillos “crudos”, hubo que cocerlos con prontitud y “entre gallos y medianoche”. Con los últimos ladrillos de los  hornos Ghibaudi se construyeron las casitas baratas del llamado “Barrio Segurola”, por cierto nada baratas y muy confortables y de diseño adelantado para su época.

         El horno se traslada a San Justo, donde compran 17 hectáreas. Allí fabricaron hasta 1951. 

Fotos cedidas por D. Ghibaudi.  Los hornos de la propiedad familiar y los horneros

 

Como se fabricaban los ladrillos. El pisadero según Don David:

         La mejor tierra para la fabricación de ladrillos era la “negra”, luego le seguía la “colorada” y por último la greda. Para hacer el barro se usaban de 20 a 22 yeguas de porte bajo. El pisadero tenía una yegua madrina con campanitas que era conducida por  un yeguarizo. Las yeguas seguían a la madrina obedientemente. El pisadero tenía un diámetro de 20 metros; lo hacían con un piso de ladrillos, con tacos de madera o bobinas de la CHADE [i]. Se lo cercaba con palos de sauce o alambre para que los animales no escaparan. Tenía varias  puertas de acceso. A la tierra se la traía al pisadero en carro corto o carretilla. Se cubría el pisadero con 30 a 40 centímetros de tierra y luego con 5/6 cm de bosta.

En general, en las inmediaciones de cualquier pisadero se construía un cachimbo, especie de pileta de tierra, a más alto nivel que el pisadero y de 2 a 2,50 metros. de diámetro por 40 cm. de profundidad. La familia Ghibaudi cuenta con orgullo que tenía una noria con la cual se llenaba una pileta grande a 2 metros del piso, de la cual se sacaba el agua por cañería. Se la llenaba con motor a nafta porque la llegada de la luz eléctrica fue posterior al cierre de los hornos. Los hornos más chicos, para llenar de agua el cachimbo, tenían un caballo o una mula, a los cuales se le tapaban los ojos para evitar que se marearan al marchar en círculos.

         El pisadero se mojaba bien mediante surcos construidos al efecto. Luego entraban las yeguas, el yeguarizo montado y el “barredo”, que descalzo se ponía en el medio, para que los animales dieran vuelta a su alrededor. El barredo se desplazaba en círculos para abarcar toda la superficie del pisadero. Este trabajo con el barro duraba un día. Algunos peones ayudaban paleando el barro de los bordes hacia el centro. Cuando estaba concluido el trabajo con el barro era necesario emparejarlo, cosa que hacía el yeguarizo ayudándose con una chapa con peso arriba. Una elemento importante era que el barro no se secara, sobre todo en verano, para ello se colocaba una capa de paja arriba. La tarea del yeguarizo terminaba llevando a la yegua madrina al lavadero.

Moldeando el barro para su cocción: Luego hacía su labor un obrero especializado: el cortador. Cada cortador tenía una cancha para colocar los ladrillos de 8  por 15 metros. Estaba munido de un banquito, especie de cajón de 70 cm de ancho con agua. El banquito era un molde de madera dura rematada con filetes de bronce, con él se hacían 2 moldes de adobe. Estos adobes se iban colocando en filas sobre la tierra en la cancha que le correspondía a cada uno. Protegidos de la lluvia por una chapa se los dejaba secar unos días. Cumplido este proceso natural de secado al capataz o cabecilla le correspondía constatar cuántas “manos” había de adobe en cada pila, para trasladarle los datos a su patrón.

        El paso siguiente era empezar a armar el horno para la quema. De esto se encargaban los contratistas y los cabecillas. El horno de los Ghibaudi era grande, tenía 6 a 7 metros de ancho, 20 de largo y 6  de alto y cinco puertas. También, por su tamaño,  tenía boquillas por las cuales se introducía un tirante de madera.  Se usaba de combustible leña, carbón y carbonilla. La leña preferida, por su largo, era el álamo. Luego le seguían el caldén o el algarrobo.

        Las camadas de adobe se intercalaban en distinto sentido y procurando suficiente aireación entre ellas, se alternaban con camadas de carbón, colocando carbonilla para sellar los costados. Con veinticuatro  camadas se llegaba a 4 metros de alto, sobre ellas se hacía un manto de polvo de ladrillo o ceniza. Terminada esta tarea se pasaba a sellar las cinco puertas con barro, se retiraba el tirante de cada boquilla  (quedaba entonces un conducto de 60 cm de diámetro) y se colocaba la leña.

        Se iniciaba la quema hacia la noche, esta estaba a punto entre las cinco o doce horas de iniciada. Cuando esto sucedía, por las boquillas se veía azulado el fondo y en este estado se procedía a cerrar las boquillas con una chapa.

        Era costumbre amenizar esta espera con un asado. Comían mientras vigilaban que no cambiara el sentido del viento en las hornallas, para que el fuego fuera constante y parejo. Una variación importante del viento podía hacer peligrar todo el trabajo. Por una semana el fuego se mantendría hasta su extinción definitiva. Cumplido este plazo, el primitivo adobe ya sería ladrillo.

        Un horno de las dimensiones mencionadas cocía 130.000 ladrillos. Por aquella época 1.000 ladrillos valían de 20 a 25 $ . O sea que el valor de cada quema estaba alrededor de los $ 3.000.  Se distribuía con carros. Los de tiro corto llevaban 1.000 ladrillos.

        Todo se utilizaba. El ladrillo roto se utilizaba para el “polvo de ladrillos”. Los Ghibaudi molían con una máquina al ladrillo.

        Con este relato surge con claridad las ventajas que ofrecía esta zona para la radicación de los inmigrantes en las primeras décadas del siglo XX. Hacia 1930 se producían loteos donde la base para comprar un lote eran $ 10 por mes, en 100 mensualidades sin interés. Pero existía un agregado: el regalo de algunos miles de ladrillos.

Plano aéreo 1925/26. En el extremo superior hornos de Cervantes hacia el oeste y a la derecha hacia Devoto. En el centro, hornos entre B. Juárez, Santo Tomé y Lascano. En la parte inferior el extremo norte (hacia Jonte) parte de los terrenos de la Sucesión Rocca que se extendían desde Jonte a Gaona, pasando el Maldonado.

2.4.- LAS PRIMERAS INSTITUCIONES: escuelas públicas.

INTRODUCCION

1.- Año 1884, N° 11, “Monte Castro” (hoy Escuela 3, DE 18 “Monte Castro”)

2.- Año 1912, N° 25, “Caras y Caretas” (hoy Escuela 9, DE 18 “Provincia de Misiones)

3.- Año 1918, “La Susana”, (hoy Escuela 2, DE 18 “Alejandro Aguado”)

En esa época las escuelas llevaban nombres de tipo tradicional, de la primera era el nombre del paraje (los barrios son creaciones posteriores), la segunda se refiere a que se instala sobre un chalet que fue el premio de un concurso  de la prestigiosa revista Caras y Caretas, la tercera tomaba el nombre de la quinta en la cual estaba ubicada y que además, lo tenía escrito en su frente. O sea, no tenían “patrono” que es una creación posterior y una nomenclatura de tipo honorífico. Institucionalmente llevaban un número y la identificación del Consejo Escolar al cual pertenecían.

Señalización sobre el Plano de la Intendencia Gramajo de 1916.

1°: Escuela 11 del Paraje Monte Castro.  La manzana tiene señalización de quinta (arbolada) entre las calles Jonte, Allende, Alzaraz y Miranda. En el extremo de Allende, con el N° 4 está la famosa Pulpería de la Familia Scavino, propietaria de toda la manzana.  Frente a la escuela se encuentra la pulpería-almacén  Solari.

3°: señalización de la quinta “La Susana” con una importante propiedad en la esquina de Jonte y Segurola, todavía faltan 2 años para que el Consejo Nacional de Educación alquile el edificio para fundar la Escuela 2 del Consejo Escolar 17 que fuera conocida con el nombre de la quinta y que ostentaba en su frente. El plano indica que el predio pertenecía a la familia Navarro.

2°: en Bahia Blanca 2070 se instala la segunda escuela de Monte Castro, por el vecindario denominada “Caras y Caretas” 

LAS ESCUELAS DEL EX MUNICIPIO DE FLORES INCORPORADAS EN 1887 A LA CAPITAL FEDERAL

En 1888 se constituye el Consejo Escolar XV que abarcaba a las doce (12) escuelas del antiguo municipio que habían pertenecido a la Provincia de Buenos Aires. Debido a ello, el Consejo Escolar realiza una inspección a las mismas. El informe se publica en 1936 en el Monitor de la Educación Común. [i]

“Al constituirse el consejo Escolar XV – más tarde XII- en el años 1888, funcionaban es su jurisdicción, las doce escuelas siguientes, que habían pertenecido a la Provincia. N° 1°  en la calle Constitución (Fray Cayetano Rodríguez) 16, con 241 alumnos inscriptos; 2, Constitución (Idem) 18, con 238 alumnos; 3, calle Rivadavia, zona del Caballito, con 98 alumnas;  4, calle Rivadavia, en Floresta, con 94 alumnas; 5, calle Artes y Oficios (Quintino Bocayuva) entre Rivadavia y San Carlos (Don Bosco), con 190 alumnos; 6, esquina de Flores y Ferrocarril (hoy J. B. Alberdi y Esteban Bonorino) con 103 alumnos; 7, en Rawson 101, con 125 alumnos; 8, en la calle Arena (en “El Bañado”), con 33 alumnos; 9, Rivadavia cerca de la Estación Liniers, 41 alumnos; 10, paraje Monte Castro, con 17 alumnos; 11, calle Figurita, con 29 alumnos; 12, Corrientes (Morón) 1827, con 148 alumnos”.

ACLARACIONES:

1. La calle Constitución 16.Es la calle Fray Cayetano Rodríguez. Frente a Pza. Flores.

2. Constitución 18.Idem.

3. Calle Rivadavia, zona del Caballito.

4. Calle Rivadavia al 8.600, en Floresta. A partir de 1895 Vélez Sarsfield.Se trata de la Escuela “Padre Castañeda”, creada en 1875, hoy perteneciente al  Bo. de Floresta. Desde 1902 en Morón 3745.

5. Calle Artes y Oficios entre Rivadavia y San Carlos.Es la calle Quintino Bocayuva, entre Rivadavia y Don Bosco. Hoy barrio de Almagro.

6. Esquina de Flores y Ferrocarril (hoy J. B. Alberdi y Esteban Bonorino).Bo. Flores

7. En Rawson 101.Almagro.

8. En la calle Arena.Hay varias con ese nombre. Pueden ser: Chiclana, Fernández de la Cruz, Roca-Rabanal. Se identifica como “Bañado”.

9. Rivadavia cerca de la Estación Liniers. Liniers.

10. Paraje Monte Castro.Sin dirección, sin nombre de la preceptora.

11. Calle Figurita.Es la escuela Monte Castro. Sin dirección. Directora Barboza del Bertran.

12. Corrientes 1827.Actual calle Morón. Pero no coincide altura. Probablemente Bo. Flores.

Cantidad de alumnos y escuelas según los actuales barrios:

Flores………….. 730

Almagro………..315

Caballito……….   98

Floresta.. ……      94

Monte Castro…  46

Liniers………….     41

“Bañado”………   33

TOTAL……….  1.357 alumnos

2.4.1.- Escuela N° 11 del Paraje Monte Castro, Municipio de San José de Flores. Hoy N° 3, DE 18, “Monte Castro”. 

En los archivos de la Escuela se encuentran todos los antecedentes de su fundación. Con ellos han reconstruido la historia de la Institución y sobre ellos está escrito este informe.  Poseen también los libros de inscripción de alumnos desde 1910 en adelante.

La escuela que antecedió al barrio: La escuela del “Monte de Castro”, dirigida por las Stas Ponce de León, el 20 de septiembre de 1884 logra el reconocimiento formal de la Dirección de Escuelas de la Pcia. de Buenos Aires. Anterior a esa fecha la alfabetización sólo era posible en las casas particulares dada la distancia que existía entre el paraje  y la escuela más próxima, además de la inexistencia de medios de transportes. Los 16 niños  y 24 niñas con los cuales se inició tenían que movilizarse a pie, a caballo o en carro.

Se conoce la existencia de alumnos de Monte Castro en la primera escuela de Floresta, la ubicada en Rivadavia al 8.600 [ii]. Ésta fue creada de manera particular en 1875 por la Sra. Ángela B. de Encina. O sea que se anticipó en 9 años a “la Monte Castro” (también particular).  En el Informe de 1888 aparecen dos escuelas en Monte Castro, es posible que ambas se unieran posteriormente.

En sus primeros años fue cambiando de lugar, seguramente habitando lugares no apropiados y de los cuales no tenemos dirección o medida en leguas sin precisión. Brevemente consignaremos:

  1. Julio 1884. Local de propiedad de Antonio Cavassa. Sin otros datos.
  2. Julio 1886. Local de propiedad de Ezequiel Raffo. Sin otros datos.
  3. 1887. Local propiedad del Sr. Scavino. Sin otros datos.
  4. 1894 a 1931. Propiedad del Sr. Scavino, ubicada en Jonte 4818
  5. 1932-1986. Propiedad de Rinaldo Rinaldi, ubicada en Avenida Jonte 4651.
  6. 1987. Gracias al empuje de la Asociación Cooperadora (de la cual también forme parte), y por un proyecto del ex concejal Pico, la Municipalidad compra la escuela y el predio continuo.

O sea, ya desde 1894 la escuela estaba ubicada sobre un camino importante, Jonte (después Avenida Alvarez Jonte,  a 200 metros del Camino Monte Castro (denominado Avda. Segurola en 1904) lo cual reforzó seguramente su nombre tradicional.

Cuando en la década del 50 del siglo pasado se solicita a las escuelas que elaboren la historia de los establecimiento escolares  se revisan los archivos de “la Monte Castro”, dado que sus autoridades no conocían ni el mecanismo por el cual se llamaba Monte Castro, nombre que como “patrono” se impone recién hacia el final de esa década.

Dados a elaborar historia escolar se revisan los libros antiguos y así se encuentra una Ordenanza  de la Dirección Gral. de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires, fechada en La Plata el 20 de setiembre de 1884 y firmada por Juan Ortiz de Rosas y R. Araujo Núñez y en el mismo libro, una circular (N° 26) dirigida a la “Escuela N°11 de Monte Castro”. A partir de estos datos comienzan las diligencias ante el Ministerio de Educación de la Provincia de Buenos Aires. El mismo, en nota de fecha 11 de julio de 1950 informa que “en las planillas de Resumen de Estadística Escolar de la Provincia de Buenos Aires, correspondientes a San José de Flores en el año 1884,  existía una escuela ubicada ‘en Monte castro’  bajo el número 11. Según planillas de Estadística Escolar, funciona desde julio de 1884,con un primer grado, tenía 40 alumnos, 16 varones y 24 niñas, Infantil de tercera categoría, ubicada en el Cuartel 9°, a 45 cuadras, siendo el edificio propiedad del señor Antonio Cavassa. Fue su primera directora fue la señoraVicenta Barbosa de Bertrand. Desde febrero de 1885 a marzo del año 1887, firma como ayudante la señoritaArminda Ponce. En julio de 1886, el propietario del local de la escuela es el señor Ezequiel Raffo, figura esta a una legua y media rumbo norte, cuartel 9°. En 1887 en adelante no existe antecedente alguno de dicha escuela. Nómina de alumnos de dicha escuela en el segundo cuatrimestre del año 1884: Manuel Prado….” (Siguen todos los nombres)

La escuela informa que elevó todos estos antecedentes a la Dirección General de Enseñanza Primaria por Expte. N° 65.767/50. Producto de estas gestión el Ministerio de Educación de la Nación “Dispone: Art.1: Hacer saber a la dirección de la escuela n° 3 del DE 17° que en lo sucesivo, para el historial de la escuela  para cualquier información sobre el particular ha de considerar que ese establecimiento funciona desde el mes de julio de 1884”.

El informe de la escuela señala cuales fueron las distintas jurisdicciones. Debemos recordar para ello que el 27 de septiembre de 1887 la Provincia de Buenos Aires cedió a la Nación los municipios de San José de Flores y Belgrano y el 8 de marzo de 1888 se designaron los miembros del Consejo Escolar XV que comprendía al primer municipio mencionado. En consecuencia, los informes del Ministerio de Educación de la Provincia son hasta 1987.

La escuela, que hoy integra el Distrito Escolar  18, con el número 3. A lo largo de su historia perteneció a los siguientes  Jurisdicciones ó Consejos Escolares:  Desde Julio de 1884 fue la escuela N° 11 de Monte Castro, Municipio de San José de Flores, dependiente de la Dirección Gral. de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires; desde 1888 la N° 11 del CE XV; desde 1896: N° 5 del C.E. 20; desde 1905: N° 7 del C.E. 14 y desde 1914 la N° 3 del C. E. 17.

En cuanto a su categorización, desde 1884 hasta 1898 fue Escuela Infantil. Impartían enseñanza hasta tercer grado. Desde 1898 hasta la fecha (1936) Elemental. Impartían enseñanza hasta cuarto grado. En ambos casos el alumnado era mixto.

 “Las directoras y maestras de Monte Castro fueron, en aquellos tiempos, verdaderas heroínas por los sacrificios que debían realizar para trasladarse diariamente a pie desde la calle Rivadavia cruzando zanjones, bañados y sobre todo el arroyo Maldonado. Muchas veces las maestras se vieron obligadas a pernoctar en la escuela ante las inclemencias del tiempo y los peligros del regreso. No había medios de comunicación y sólo años después se trasladaban en un breek alquilado al efecto”. Se informa sobre las autoridades hasta el momento de realizar esta “historia de la escuela”, pero para nuestro análisis resaltaremos la mención de que “Fue la primera ayudante desde 1885 hasta 1886 la señorita Arminda Ponce. En 1887 fue primera preceptora la señorita Elvira Bortelini”.

“Las directoras debieron luchar duramente contra la apatía de muchos padres, contra la ignorancia del ambiente, la distancia, la incomodidad del modesto edificio y ya rayano en la ruina, la falta de muebles y material didáctico. Su acción fue realmente heroica y así, algunas más decididas, visitaban, a pie o a caballo, quinta por quinta, casa por casa, hablando con los padres y entusiasmando a los alumnos. El personal docente entusiasta y fervoroso, unido por el amor a los niños y por su espíritu disciplinado a la par que por su sincera estima a la Dirección, ha llevado a la escuela a conquistar sólido prestigio en el Distrito Escolar, a través de los años”.  

                                      Primera maestra, Sita. Elvira Boterlini. [i]

La Escuela a través de los años, en su primera ubicación de la esquina de Jonte y B. Juárez.  1: 1887; 2:1926. Fundamentalmente es la calle la que mejora sustancialmente al estar adoquinada, la escuela está igual después de casi 40 años. [i]

1887

1926

Escuela Monte Castro  en 1910. Relevamiento de su comunidad educativa. Según archivo escolar.

Descripción de los datos globales encontrados.

No figura la dirección exacta de los hogares del alumnado en 1910. Sólo en unos pocos se señala la calle en la cual viven, pero es siempre "sin número". Como domicilio de la gran mayoría consta: "Monte Castro, s/n", o sea, lo único que figura es la zona y esta es más extensa que el actual barrio. A partir de los años siguientes ya se especifica más. En 1912/13 ya está la calle y la altura con lo cual vemos que ese Monte Castro era, fundamentalmente desde Jonte hacia el Arroyo Maldonado, abarcando los actuales barrios de Monte Castro, todo Vélez Sarsfield y gran parte de Villa Luro. Hacia el este estaba la barrera real del extenso predio de la Sucesión Rocca, aunque hay alumnos que concurren y viven sobre Bahía Blanca sobre todo antes del pleno funcionamiento de la nueva escuela sobre esa calle ubicada. Hacia Devoto también hay pocos porque esa zona estaba prácticamente deshabitada

En el año 1910 la Escuela contó con 315 alumnos inscriptos, de los cuales 160 eran mujeres y 155 varones. Tenía sólo dos grados, primero y segundo, con tres divisiones de primero y dos de segundo. Durante el año se produjeron altas y bajas, o sea que los trescientos quince chicos no constituían la totalidad del alumnado, sino los que se anotaron ese año. Había 237 alumnos cursando el primer grado y sólo 78 el segundo grado.

Se producen muchas bajas, el alumnado no es constante.  Las causas de las bajas son por cambio domicilio, 23; por cambio de escuela, 6; por enfermedad, 9 y 1 por muerte.      También llama la atención que ingresan alumnos hasta el mes de julio sin provenir de otra escuela, con lo cual se supone, existía flexibilidad en el momento del año por el cual se podía ingresar.

El personal docente, en marzo de 1910,  ascendía a seis personas. Una ejercía la dirección del establecimiento y cinco maestras impartían la enseñanza en los grados. La directora fue María C. Garro hasta el 18 de abril de ese año, día que asumió ese cargo Manuela Silvestrini. La primera de las nombradas hacía cinco años que había llegado al colegio. Las docentes eran Juana Sanguinetti (desde 1907); Trinidad Barreiro (desde 1908); Elena Nuñez (desde 1909); Manuela Rodriguez (desde 1907) y Honoria A. de Funes, que había ingresado en marzo, para ser reemplazada en mayo por Ida Astori. Como dato a tener en cuenta, es de destacar, si se compara con el presente, que la gran mayoría de las docentes son solteras.

Edad de la población escolar.

Pocos chicos, sólo el 11,7% ingresaban a los seis años al colegio. Por eso el promedio de edad en la totalidad del establecimiento era de ocho años y medio.

Cada grado tenía una gran dispersión de edad, en la misma aula aprendían chicos que tenían de seis a trece años, o sea, a pesar de existir las divisiones A, B y C, de primer grado, los chicos no se dividían por la edad. Lamentablemente no existe referencia horaria o de turno como para comprobar si las divisiones de grado se deben a ello. 

Si los grados son sólo dos, se supondría que había pocas posibilidades de que varios hermanos estuvieran juntos (en esta época sólo pasaría en el caso de hermanos mellizos, o si alguno ha repetido). Pero esto no es así, por lo cual inferimos que cuando una familia decidía mandar a sus hijos a la escuela, entraban todos, independientemente de la edad.

CUADRO Nro. 2. Edad del alumnado.

EDAD – Cantidad de alumnos y porcentaje por grado:
EDAD1 grado2 gradoTotal% 
637 3711,7 
75815919,0 
856116721,3 
943206320,0 
1018244213,3 
1115173210,2 
124372,2 
135272,2 
Total23778315100 

      El caso más notable es el de una familia italiana que envía a la Escuela Monte Castro a cinco chicos. A primer grado ingresan tres nenas de 6, 8 y 13 años, respectivamente. Los que estaban en segundo grado, eran un varón de 9 años y otra nena de 11. Sólo hay 11 alumnos que habían ingresado con 6 años, sin tener hermanos mayores en el mismo grado o en segundo.

 

Nacionalidad de los alumnos:

      Entre los alumnos predominan los de nacionalidad argentina. Un 62,5% había nacido en el país. De la totalidad del alumnado eran de nacionalidad rusa el 16,8%,  italiana el 11.4%, españoles el 3,2% y orientales (uruguayos) el 3,2%. Completaban en cuadro tres chicos alemanes, dos hermanitos búlgaros, un inglés y un brasileño.

CUADRO Nro. 3. Nacionalidad del alumnado.

NACIONALIDADCASOSPORCENTAJE
ITALIANO3611,4
ORIENTAL103,2
ESPAÑOL123,8
RUSO5316,8
ARGENTINO19762,5
OTROS72,2
TOTAL315100

GRAFICO Nro. 1: Nacionalidad del alumnado.

Perfil de las familias.

La persona que figura como "padre, tutor o encargado" es siempre un hombre -el papá- salvo que este no exista por determinadas razones. Los responsables de los chicos son hombres en un 97,8% de los casos, sólo cinco mujeres aparecen a cargo de sus hijos, tres parecieran ser viudas; de ellas una sola, que tiene dos hijos en la escuela, trabaja, es lavandera. Dos madres han tenido sus hijos siendo solteras, una trabaja de costurera, la otra se ha casado, aunque sigue siendo la responsable de su hijo.

La nacionalidad de los padres difiere de la de sus hijos. Comparándola con la nacionalidad de los alumnos, se puede inferir el tiempo que hace que llegaron al país. Son muchos los italianos que ya tienen hijos argentinos e, incluso, en varios casos, se han casado con una argentina. Los rusos, por el contrario, parecieran ser una inmigración muy reciente, dado que en la totalidad de los casos, toda la familia tiene la misma nacionalidad.

Del cuadro que sigue, se desprende que sólo el 9,8% de los chicos tiene padre argentino, y un 17,1 % madre argentina.  Más de la mitad de los alumnos, un 53,7% tienen padre italiano, y un 47,9 madre italiana.

El 17 % de los alumnos tiene padre y madre rusos y ellos mismos lo son. La cuarta nacionalidad en importancia son los españoles, pero no llegan al 10% de los alumnos los que tienen los padres de ese origen.

Llama la atención la cantidad de uruguayos (orientales), suponemos que muchos inmigrantes pasaban por el Uruguay antes de venir a Argentina. Seguramente, en su origen, estos orientales también provinieron de Europa.

CUADRO Nro. 4 . Nacionalidad de los padres de los alumnos

NacionalidadPADREMADRE% PADRE% MADRE
Argentina31549,817,1
Italiana16915153,747,9
Rusa535416,817,1
Española30279,58,6
Oriental15124,83,8
OTRAS982,82,5
Sin datos892,52,9
TOTAL315315100100

Se debe aclarar que como a pesar de ser sólo dos grados, había varios hermanos, en realidad las familias son 195. De los 195 jefes de hogar, la mayoría son italianos (53,8 %), los rusos constituyen un 18,5 % del total, los argentinos el 12,3 %, los españoles un 7,7 % los orientales un 4,6 %  y los de otras nacionalidades (Búlgaros, alemanes y holandeses) suman un 2,1 %.

CUADRO Nro. 5. Nacionalidad del jefe de hogar

NACIONALIDADCASOSPORCENTAJE
ITALIANO10553,8
ORIENTAL94,6
ESPAÑOL157,7
RUSO3618,5
ARGENTINO2412,3
OTROS42,1
S/D21,0
TOTAL195100,0

Profesión de los jefes de hogar.

La profesión más común es la de jornalero, señalan esta actividad 59 jefes de hogar, le siguen las ligadas a la construcción, que como se ve en el cuadro se incluyeron en este rubro los albañiles (que son los más numerosos), pero tambien los pintores, vidrieros, yesero y constructores, son  36 personas;  luego la de carpintero,  20, comerciante, 18, incluyendo ahí los que decían ser comerciantes, pero también los que figuraban como carbonero, panadero, carnicero y fideero; los agricultores o quinteros eran 13; en el rubro "vestimenta"  9, una costurera, un zapatero y el resto sastres; se mencionan como empleados 7 jefes de hogar, como horneros  6, pero es muy probable que algunos jornaleros también lo fueran; las profesiones muy poco mencionadas fueron las de cochero, hojalatero, herrero, tipógrafo, mecánico, encerador, colchonero, músico, lavandera y botellero, con sólo uno o dos casos.

El rubro "jornalero", seguramente debe incluir varias de las profesiones nombradas, porque en realidad hace referencia a una modalidad de contratación o de tiempo de contratación.

CUADRO Nro. 6. PROFESIONES   /  OTRAS PROFESIONES QUE SE INCLUYEN EN EL RUBRO

1JORNALEROJornalero     
2CONSTRUCCIONAlbañilYeseroConstructorVidrieroPintor 
3AGRICULTURAAgricultorQuintero    
4CARPINTERIACarpinteroMueblero    
5HORNEROHornero     
6EMPLEADOEmpleado     
7PROPIETARIOPropietario     
8COMERCIANTEComercianteCarboneroPanaderoCarniceroFideero 
9OFICIOS Varios.HojataleroHerreroTipógrafoMecánicoEnceradorColchonero
10VESTIMENTASastreCostureraZapatero   
11COCHEROCocheroCarrero    
12OTROSMúsicoLavanderaBotellero   

2.6.- Nacionalidad y profesión

CUADRO Nro. 7.  

Del cuadro Nro. 7 surge claramente que la denominación "jornalero" quita, obviamente, riqueza al análisis por su indiferenciación. Pero también que se trata de trabajos que no requieren gran especialización. De los italianos, trabajan como jornaleros el 36,2 %  y un 21,9% se dedica a la construcción. Los españoles siguen la misma tendencia.

Aparecen como significativos la gran cantidad de rusos que declaran ser carpinteros y los argentinos que se definen como "propietarios", haciendo alusión -seguramente- a vivir de rentas.

Este último dato señala que, por lo menos a principios del siglo en las zonas poco pobladas de la Ciudad, los propietarios de la tierra o vivienda eran fundamentalmente argentinos.

FESTEJO DEL CENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA EN MONTE CASTRO

Emilio Juan Vattuone en base a los archivos policiales relata todos los actos que se realizaron en la Parroquia de Vélez Sarsfield para festejar el centenario de la Declaración de la Independencia: en la cancha de All Boys, en el Parque Avellaneda, funciones de cine, musicales, entre otros festejos desde el 7 al 9 de julio. Con respecto al nuestro barrio informa que el 9 se realiza un Te Deum en el templo parroquial y el Sr. José Luis Cantilo pronunciaría un discurso en la plaza Vélez Sarsfield y “En horas de la tarde partiría desde allí una peregrinación cívica con rumbo a Monte Castro, portando una placa de homenaje a la primera Expedición Libertadora al Alto Perú. La misma se fijaría en los muros pertenecientes a la Escuela Nro. 3 DE XVII, sita en Álvarez Jonte Nro. 4618. En dicha ocasión usaría de la palabra el Sr. José Juan Biedma” [i]

El texto de la placa y que en la misma finca existía un ombú, sirvió de pretexto para que la familia Scavino sostuviera que ese lugar, la quinta familiar, estuvo el casco de la Chacra de Castro (que aún existía en la manzana de San Blas entre Virgilio y Moliere), pero la placa dice “En Monte Castro…”  o sea, se refería a un paraje muy grande y no al sitio en el cual estaba la escuela. Los dueños de la manzana forjaron la idea de que el lugar era “sitio histórico” y debía ser preservado esperando así que la escuela permaneciera en el mismo lugar y no fuera desalojada en 1932. También se dijo que allí pernoctó San Martín y eso motivó que la Escuela 2 impusiera el nombre de Alejandro Aguado –el amigo de San Martín- a su establecimiento.

Acto escolar. Sobre la pared ya se encuentra colocada la placa. Archivo Escolar, procedencia familia Scavino.

Vista del interior de la escuela en una “Fiesta Patria”. Archivo Escolar. Circa 1915

RECONOCIMIENTOS INSTITUCIONALES

SITIO DE INTERES CULTURAL. En el año 2003 la Escuela 3 del DE 18 ha sido declarada “Sitio de Interés Cultural” por la LCABA a través de la siguiente norma: “La Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires declara Sitio de Interés Cultural a la Escuela Nro. 3 del Distrito Escolar Nro. 18, Monte Castro, sita en Avenida Álvarez Jonte 4651, pionera en la enseñanza oficial en los barrios del oeste porteño” [i]

PATRIMONIO CULTURAL. Ley N° 5331, Buenos Aires, 16 de julio de 2015. “Art. 1°.- La Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sanciona con fuerza de ley: Art. 1°.- Declárase Bien Integrante del Patrimonio Cultural de la Ciudad de Buenos Aires a la Escuela Monte Castro, sita en Avenida Jonte 4651 en los términos del inc. A) del Art. 4$ de la Ley 1227 (Ley Marco de Patrimonio Cultural de la Ciudad de Buenos Aires). Art. 2do. Comuníquese, etc.”

2.4.2.- Escuela  N° 25, Consejo Escolar 14. (Caras y Caretas). Hoy N° 9, DE 18, “Provincia de Misiones”. 

En 1980 la Dirección de Educación Primaria de la Secretaría de Educación de la Municipalidad de Buenos Aires solicita la información estadística de la Escuela, su historia y todo dato que se encuentre en el Archivo de la Institución. Pero lamentablemente no se encuentra ningún documento histórico en el Archivo Escolar. Circunstancia que luego se salva al “donar” una antigua maestra que se desempeñara en la escuela entre 1927 y 1961 “un valioso material impreso y fotográfico que abarcaba un amplio período de la historia de la escuela” con lo cual las autoridades de ese momento (Dirección del Sr. Miguel Ángel Spadaro, pudieron conocer cuando y cómo fue creada y el momento en el cual fue impuesto su “patrono”. Incorporamos parte de la nota N° 143 del 19/1|1/1982:

Biblioteca del Docente. GCABA.

Con estos datos encontrados, el 31 de mayo de 1985 la escuela puede elevar por Nota N° 57 la historia del establecimiento y la semblanza del “patrono”.

Datos históricos [i]

  • “El 12 de setiembre de 1912 fue fundada la entonces Escuela N° 25 del Consejo Escolar 14, que funcionaba en un edificio alquilado, sito en la calle Bahía Blanca 2170. Se inició con la apertura de tres grados: Primero Inferior, Primero Superior, con un total de 59 alumnos de ambos sexos. Era Directora del establecimiento la Srta. Irene Cervera.
  • A partir del 10 de mayo de 1915 pasó a ser Escuela N° 9 del DE 17°.
  • En 1927 la escuela se traslada a otro edificio alquilado, sito en la calle Bahía Blanca 2246. En este local, más adecuado,  siguió su progreso ascendente; en abril de 1929 se crea un nuevo turno (intermedio). Concurren cerca de mil alumnos, de ambos sexos hasta tercer grado y niñas de cuarto a sexto. El edificio fue construido por el vecino Ángel Visciglio. Tenía un frente de rejas que permitía ver desde el exterior las distintas dependencias. El Quinto grado fue creado en 1927 y en 1929 el sexto.
  • El 11 de noviembre de 1931 es bautizada con el nombre de ‘Misiones”. Se realiza un importante acto al que concurre el Gobernador del Territorio de Misiones Dr. Carlos Acuña, los señores Correa y Tieghi, vicepresidente y vocal del Consejo Escolar17, personal de otras escuelas del barrio, padres de alumnos y vecinos.
  • En 1941, bajo la presidencia del Dr. Roberto M. Ortiz se construyen una serie de escuelas de arquitectura similar y dotadas de amplias comodidades para el desarrollo de la tarea escolar. Una de ellas en Lascano 4044, donde funciona la denominada “Provincia de Misiones”, con dos turnos.
  • En abril de 1948, en el mismo local, comienzan a funcionar dos secciones de Jardines de Infantes.
  • El 22 de octubre, además, comienza a desarrollar sus actividades la Escuela de Adultos N° 12, del DE 17°.
  • En 1957 la escuela pasa a pertenecer al DE 18°
  • En 1969 pasa al régimen de Jornada Completa.
  • En 1982 y hasta 1983 el edificio escolar fue remodelado casi totalmente.
  • La matrícula del año 1985 asciende a 396 alumnos. Tiene un servicio de Comedor donde se brinda asistencia a 184 alumnos, de los cuales 135 son becados por la M.C.B.A. También  se brinda un desayuno en una copa de leche chocolatada y pan. La Secretaría de Educción aporta la leche y la Asociación Cooperadora el cacao y el pan

Origen del primer edificio y el por qué del nombre “Caras y Caretas”  [ii]

El edificio que dio origen a la Escuela Misiones fue un concurso que realizó la célebre revistaCaras y Caretas. En el ejemplar correspondiente al Año XII, N° 570 del 4 de septiembre de 1909) se  anuncia la apertura de un concurso que tiene como premio a un chalet sobre la calle Bahía Blanca, entre Jonte y Lascano. El sorteo y que el sorteo corresponderá a la Lotería de Navidad de ese año.

La participación es muy importante y sus resultados son publicados en el ejemplar  correspondiente al Año XIII, N° 588 del 8 de enero de 1910. El ganador el Sr. Benicio C. Lagos, domiciliado en La Plata.

El beneficiario luego vende la propiedad. Siendo su nuevo dueño el Sr. Carlos Roig, el chalet fue ofrecido en alquiler al Consejo Nacional de Educación, dando origen en 1912 a la Escuela 25.

Nº570

Nº588

2.4.3.- Escuela Elemental Nº 2 del C. E. 17º ("La Susana"), luego Nº 2 del D.E. 18 “Alejandro Aguado”.

Seguramente desde algunas décadas antes del fin del siglo XIX existía un importante edificio en la esquina de Bermúdez y Jonte. Un vecino con afán de historiador -colaborador de la Revista Saber- Ricardo Horacio Rey, realiza un recorrido virtual por la hoy Avenida Álvarez Jonte recordando que hubo antes de lo que en ese momento encuentra y relata así a la quinta La Susana:

 “…vamos por la pasarela de madera. Por ella cruzamos el zanjón de Bermúdez (muy recordado) y apoyamos nuestros pies sobre la vereda de la vieja casona, que hubo de ser, en la época de su construcción, una lujosa residencia de campo. Típico patio central, al que convocaban todas sus habitaciones y, metros más al fondo frondosa arboleda. Por la parte exterior, seis ventanas de gran tamaño hacia Jonte, y siguiendo la línea de edificación, observamos que al llegar a la esquina con Bermúdez, la misma se eleva en forma de un mirador o atalaya que la hace aún más con sabor a campaña; no olvidemos que tanto Jonte como Bermúdez eran caminos o rutas hacia el interior. En esta casa, estuvo por muchos años instalada la segunda escuela de la zona y llevó el nombre que tenía de antaño, ‘La Susana’. Al principio, y hay testigos al respecto, egresaban al aprobar el cuarto grado, y años después lo hacían con el quinto. No había presupuesto, ni alumnos para más” [i]

El “Plano Gramajo”, levantado en 1916, muestra la ubicación de La Susana y las dos manzanas que ocupaba, faltaban dos años para que el predio fuera ocupado por la segunda escuela creada en Monte Castro.

Calles: Indio (Elpidio González; Médanos (Juan Agustín García)

He resaltado el dibujo del edificio que ocupa la escuela en la finca que el plano Municipal de 1916 había señalado como perteneciente a “Navarro” [1].  Como se observa es la única construcción que se encuentra en las dos manzanas que ostentan una señalética de zona arbolada.

Seguiremos el relato a través de una reseña publicada en el Monitor de la Educación Común, publicación del Consejo Nacional de Educación [2]

“El 4 de julio de 1917 el Consejo Nacional de Educación resuelve: Nombrar al señor Elías Carranza, - actual vice director de la escuela elemental Nº 2 del C. E. 17º- director de la escuela infantil recientemente creada en el Distrito 17º, con carácter provisional, acordándose la efectividad cuando la Inspección General informe que la escuela se encuentra en pleno funcionamiento. En virtud de esta designación y previo conocimiento del radio en que debía instalarse la nueva escuela, púsose el director Carranza en busca de ‘un local con capacidad para cuatro o cinco aulas’. Como resultado de esta gestión, el H. Consejo Nacional de Educación en sesión del 14 de noviembre de 1917, resolvió ‘autorizar la locación de la casa, calle Jonte esquina Bermúdez, propuesta para la instalación de una escuela … con un alquiler de 250 $ mensuales … término del contrato: cinco años … etc” [3]

Su acta de fundación se labró en el local de la calle Jonte Nro. 4950, con la presencia de:

"el Presidente del Consejo Escolar del Distrito, Dr. Francisco Beiró y los vocales de esta Corporación, señores Carlos Buschiazzo, Lorenzo Grassi e Ignacio Etcheveste y el inspector técnico seccional Mariano Arancibia, hallándose presente el subinspector general de provincial, el señor Presidente del Consejo Escolar declaró inaugurada con carácter provisional, esta escuela de varones la que en el día de su fundación constaba de seis secciones ..., hallándose el establecimiento atendido por el Director Elías Carranza y los maestros de carácter supletorio; señoritas Agustina Polak, Albina R. Nuñez y señor Carlos Gatti, en el turno de la mañana y señoritas Ubalda Colombo, Paulina Alessio y Elba Miles en el de la tarde" [4]

El turno mañana tenía 106 alumnos, repartido en un "Primero Superior" con 38 chicos; un "Segundo Inferior" con 29 y un "Segundo Superior" con 39. El turno tarde tenía dos "Primero Inferior” con 38 chicos cada uno y un "Tercero" con 28.

Maselli narra la realidad de Monte Castro de aquellos días, calles de tierra –las que estaban abiertas- quintas cercadas, hornos de ladrillos, escasa edificación, la mayoría de barro con techo de paja o de zinc. Población muy humilde. Sin suficientes medios de locomoción, informa que las maestras tuvieron que comprar un coche para hacer los tres kilómetros que se tenían que recorrer para llegar a la Avenida Rivadavia, donde sí existían medios de locomoción: tren y tranvías.

También detalla acontecimientos militares que tuvieron lugar en la Chacra de Monte Castro, cuyo casco se encontraba en San Blas, entre las actuales Virgilio y Moliere. Por la época de La Susana se encontraba en estado ruinoso, en el centro de esa manzana. No son pocos los historiadores que –erróneamente- han situado estos acontecimientos en la quinta de Scavino, lugar en el cual se encontraba la Escuela Monte Castro.

Esto lo he tratado con detalle en una investigación sobre Escuela Monte Castro. Intereses particulares de tipo económico han creado una leyenda en base a la cual se trasladaron los sucesos históricos ocurridos en 1810 (la formación del Primer Ejército Patrio o la partida al norte del Gral. San Martín) a la zona de Jonte y Benito Juárez, con el agravante de que el Sr. Scavino tuvo mucho acceso a los medios en los comienzos de la década de 1930 y sus narraciones se fueron propagando a través de los años. El homenaje realizado en 1916 a la formación del Ejército Patrio se realizó en la escuela Monte Castro con la colocación de una famosa placa recordatoria, y se realizó allí simplemente porque era el único edificio público existente. Pero la placa no contiene errores, se refiere a hechos ocurridos en Monte Castro pero no en la Escuela Monte Castro. Hubo una coincidencia, la existencia de un ombú, uno solo. Mientras este homenaje ocurría, el casco del Monte de Castro seguía –aunque en ruinas- todavía en pié y lo que quedaba de la chacra se estaba loteando.[5]

Existen otras construcciones mitológicas, como la despedida a San Martín en el predio de Sanabria y Jonte, lugar que fue un descampado por muchas décadas. También la supuesta existencia de una “quinta de los virreyes”, invento de algunos historiadores no profesionales y de inmobiliarias que dieron origen a que un barrio de nuestra comuna se llamara “Villa Real” (un absurdo en un país republicano). Los sucesos militares, que fueron muchos, sucedieron en la chacra del Monte de Castro, en épocas en que ésta era propiedad de la familia Córdova, o del Juez Zabala. El virrey Sobremonte descansó una noche allí, porque era una posta en el camino hacia Luján. La chacra se extendía a partir de lo que hoy es Bermúdez entre César Dìaz o el arroyo Maldonado y la calle José Pedro Varela hacia el oeste, internándose en lo que hoy es provincia de Buenos Aires.

Pero sigamos con lo valioso del testimonio de Maselli y su semblanza del Sr. Carranza, que era considerado un benefactor por la comunidad escolar y vecinal:

"La Dirección del Sr. Carranza se destaca por una acción intensiva de propaganda escolar. Los alumnos de aquellos días, se presentaban a la escuela con lastimoso indumento. Un pantalón, para toda edad, sostenido por una tira que cruzaba el pecho, cubierto por indefinida camiseta. Eran días de pobreza. La escuela sin suficiente dotación de material escolar, salvo en parte el inconveniente, con el peculio personal del director y maestros, y la diligencia ejemplar de sus dos porteros, que realizaron todo tipo de actividad".[6] 

También destaca que el Sr. Carranza se preocupaba por las mejoras barriales, con lo cual también sería un benefactor comunitario, se destaca, como ejemplo el problema del alumbrado, que era muy deficitario. Al principio a kerosene o alcohol, no duraba toda la noche y requería que un empleado prendiera el farol, luego se fue imponiendo el alumbrado a gas.

Según informa el Profesor Carlos Suárez, Elías Carranza, se había desempeñado en la actual Escuela “República de Panamá”. Maestro entre marzo de 1913 y julio 1914 y Vicedirector desde 1914 hasta febrero de 1918, cuando asume como primer Director de la Escuela “La Susana” y Salvador Maselli, también fue Maestro en la actual escuela “República de Panamá” desde abril de 1913 hasta enero de 1921 y Vicedirector desde 1921 hasta octubre de 1924 en que reemplaza a Carranza en la Escuela “La Susana”. [7]

Lamentamos no poseer una foto de La Susana, tenemos fotos aéreas. Pero seguramente descollaba frente a las escasísimos edificaciones sobre Jonte. A modo de ejemplo mostraré la pulpería-almacén de los Scavino, en Jonte y Allende (foto de fines del siglo XIX) pero siguió igual en las primeras décadas del XX). Sencilla, con su palenque y la puerta de entrada en la esquina, a la usanza de la época.

Pero para ilustrar la realidad de la zona, nada mejor que el plano aéreo de 1926. En él se observa muchos hornos de ladrillos dispersos por toda la zona. Las quintas y las escasas viviendas. Sobresale el manchón blanco que imprime en la placa La Susana, en la esquina de  Jonte y Bermúdez. Esquina que ya tiene otras construcciones, frente a La Susana, hay contrucciones, podría ser la escuela de Jonte 5075 pero no tengo la seguridad. Se destaca el Instituto Opeen Door y las propiedades de los Scavino, pulpería y escuela en la misma quinta, aquella que poseía un ombú que la leyenda lo confundió con la arboleda de la Chacra de Castro.

El barrio va creciendo, fundamentalmente debido a la gran inmigración europea de aquellos años y la demanda escolar era cada vez mayor, imponiendo  la creación del tercer turno, como en realidad tenían todas las escuelas de la zona. Por lo que he investigado, las familias se componían de varios hijos que –cuando decidían ir a la escuela- en muchos casos iban todos al mismo tiempo, independientemente de la edad. Existía una gran deserción. Sus padres, en más de un 60% eran extranjeros, los chicos una cifra cercana al 40%. (datos extraídos de la Escuela Monte Castro en 1910). El desconocimiento del idioma era un serio obstáculo, sobre todo en ciertos grupos migrantes como denominados “rusos” que era una inmigración más reciente que los italianos, pero estas escuelas públicas tenían sobre todo un fin: formar argentinitos. Y fueron muy efectivas. Otra causa de deserción la constituía el hecho de que tempranamente se incorporaban al trabajo. En realidad la misma población era bastante inestable, muchos volvían a su lugar de origen o probaban nuevas radicaciones.

La Escuela Nro. 16, “La Susana” (luego, a partir de 1920 cambió su número por 12), funcionó en Jonte 4950 desde 1918 hasta 1928. Ya el edificio estaba en estado ruinoso. El estado alquila ahora el inmueble de la familia Corradini,  construido especialmente para escuela. Esto era una inversión habitual por aquellas épocas. La familia Corradini tenía muchos intereses productivos y comerciales en el barrio: inmuebles para alquilar, comercios, una línea de transporte, hornos de ladrillos, entre otras inversiones.

Esta escuela, ubicada en Jonte 5075, tenía y tiene un frente muy bello, sobre todo si la comparamos con las dos Monte Castro de Jonte. Luego se convirtió en la Escuela de Comercio Nº 33 del DE 18. Su imagen forma parte del “escudo” del barrio.

foto: L. Maronese, 1999

Del mismo modo que el aumento de población superaba el ritmo de construcción de viviendas, las escuelas no daban abasto. Se alquilaban o construían nuevas y al mismo tiempo se abrían “terceros turnos” un problema cíclico, que obligaba también a levantar casillas sobre los terrenos circundantes. Esto era común a todos los barrios.

El artículo de El Monito informa también sobre la inscripción en algunos años, costos por alumno, gastos de alquiler. El Prof. Suárez ha confeccionado un cuadro resumen de la evolución de la matrícula. 10

AÑOGRADOSALUMNOS INSCRIPTOS
19186208
192210303
192421602
192721672
193029801
1933321036

Llama la atención la escasa matrícula de sus comienzos. Por la misma época la Escuela Monte Castro tenía alrededor de 700 alumnos. Seguramente el Caserón no tenía en su interior una capacidad importante.

En 1957 la escuela se mudó a Cervantes 1911. Actual Escuela Nro. 2 “Alejandro Aguado”, corresponde al Distrito Escolar 18.

Escuela Nº 2, DE 18 “Alejandro Aguado”. 1999. Foto L. Maronese

Interior. 1999. L.Maronese                                   

Acto en 1999. L. Maronese

[1] Fernández Moreno, Baldomero. Vida. Memorias de Fernández Moreno. Buenos Aires, Guillermo Kraft Lda.,1957

[1] Emilio J. Vattuone sitúa el domicilio del poeta en Segurola N| 1454, que hoy sería el barrio de Vélez Sarsfield. (Vattuone, 1991, pág.229.

[1] Los subrayados en negrita son de la autora para destacar conceptos importantes en los textos.

[1] Barela, Liliana y Mario Sabugo (direc). Buenos Aires. El libro del barrio. Teorías y definiciones. Buenos Aires: Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, 2004, pág.15.

[1] La Ordenanza de imposición del nombre Segurola es de 1904 pero, indudablemente, los vecinos suelen seguir por varios años los antiguos nombres de las calles. Además los fondos municipales nunca alcanzaban para la señalética correspondiente.

[1] Armus, Diego (compilador) Mundo Urbano y Cultura Popular. Estudios de Historia Social Argentina, Buenos Aires, Sudamericana, 1990.

[1] Tella, Guillermo, Política Municipal y espacio urbano (Buenos Aires 1880-1910), Buenos Aires: CEAL, 1994.

[1] Armus, Diego y Jorge E. Hardoy, en Armus, Diego (compilador) Mundo Urbano y Cultura Popular. Estudios de Historia Social Argentina, Buenos Aires, Sudamericana, 1990.

[1] Suriano, Juan, Movimientos sociales. La huelga de inquilinos de 1907, Buenos Aires: Centro Editor de América Latina, 1983.

[1] Yujnovsky, Oscar, “Políticas de vivienda en la Ciudad de Buenos  Aires (1880-1914)”, en Desarrollo Económico. Revista de Ciencias Sociales, N° 54, Vol.14, julio-septiembre 1974. Buenos  Aires: IDES, 1974

[1] Gorelik, Adrián, “La búsqueda del Centro. Ideas y dimensiones de espacio público en la gestión urbana y en las polémicas sobre la ciudad: Buenos Aires, 1925-1936, en Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana “‘Dr. Emilio Ravignani”, Tercera Serie, núm.9, 1° semestre de 1994. pp. 41-73.

[1] Gorelik, Adrian, Ibidem.

[1] Liernur, Pancho, “Buenos Aires: la estrategia de la casa autoconstruida”,en: AAVV. Sectores Populares y Vida Urbana, Buenos Aires, CLACSO, 1984.

[1]  Ibidem.

[1] Scobie, James, Buenos Aires del centro a los barrios. 2870-1910, Buenos Aires: Solar/Hachette, 1977

[1] Memoria Municipal 1898-1901

[1] Juan Cafferata fue diputado nacional entre 1012 y 1916 y presentó un proyecto de “casas para obreros” que fue aprobado en 1915 con la referencia de “casas baratas”

[1] Ballent, Anahi, “La Iglesia y la vivienda popular: la ‘Gran Colecta Nacional’ de 1919”, en Armus, Diego, obra citada.

[1] Ibidem.

[1] Gorelik, Adrián, “La búsqueda del Centro. Ideas y dimensiones de espacio público en la gestión urbana y en las polémicas sobre la ciudad: Buenos Aires, 1925-1936, en Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana “‘Dr. Emilio Ravignani”, Tercera Serie, núm.9, 1° semestre de 1994.

[1] Panettieri, José, Los trabajadores, Buenos Aires: Centro Editor de América Latina, 1982.

[1] Besio Moreno, Nicolás, Buenos Aires. Estudio crítico de su población. 1536/1936, Buenos Aires: Imprenta Municipal, 1939.

[1] Morales, Carlos María, “Estudio Topográfico y Edilicio de la Ciudad de Buenos Aires”, en Censo General de la Ciudad de Buenos Aires, Año 1909

[1] Debemos recordar que a fines del siglo XIX la Sociedad de Fomento de La Floresta solicitó el cambio de nombre del vecindario por Vélez Sarsfield, concretándose esta solicitud en forma favorable en 1895. Allí cambió de nombre la estación de tren y lo mantuvo por casi 60 años. La Plaza, centro del barrio, continúa aun con ese nombre y el barrio desde 1968 se denominó Floresta, ratificado luego por la Ordenanza de 1972

[1] Gorelik, Adrián, La grilla y el parque. Espacio público y cultura urbana en Buenos Aires, 1887-1936, Buenos Aires, Universidad Nacional de Quilmes,2004. Pp.253-271

[1] Morales, Carlos, “Estudio topográfico e edilicio de la ciudad de Buenos Aires, en Censo de la Capital Federal del 18 de septiembre de 1904.

[1] Memoria de 1913. Sub Intendencia de Vélez Sarsfield

[1] Vattuone, Emilio J. La Floresta. Nuestro Barrio, Reseña Evocativa, Buenos Aires, Vázquez Oubiña, 1992, p.259. Fuente declarada, archivos Seccional de Policía N° 25.

[1] Memoria de la Sub Intendencia Vélez Sarsfield correspondiente al año 1914.

[1] En realidad la imposición del nombre Segurola fue por la Ordenanza de 1904, aunque –como es sabido- el uso de nuevas denominaciones lleva años en el conocimiento de los vecinos.

[1] Para interiorizarse de los terrenos de la “Sucesión Rocca”, que dieron albergue a varias instituciones que aún perduran en el barrio, es muy importante la investigación realizada por los historiadores Angel Prignano y Arnaldo I.A. Miranda publicada como  La chacra de Quirno, Buenos Aires, Junta de Estudios Históricos de San José de Flores,1998

[1] El predio estaba comprendido entre la Avda. Gaona, Segurola, Jonte y tomaba la gran parte de las manzanas entre Chivilcoy y Bahía Blanca, sin llega a la línea de edificación de esta última. El arroyo Maldonado corría en su extremo sur.

[1] Sigla de la Compañía Hispano Americana de Electricidad, de origen español, brindaba servicios por esa época

[1] “Los primeros Consejos Escolares de la Capital”, en El Monitor de la Educación Común, 1936. Consultar en: Monitor_10626pdf.1936

[1] Vattuone, obra citada.

[1] Archivo Escolar, procedencia familia Scavino.

[1] Vatuone, obra citada.

[1] Ibidem.

[1] Maronese, Leticia, Sitios de Interés Cultural de la Ciudad de Buenos Aires (1994-2006), Buenos Aires, CPPHC, GCABA, 2007.

[1] Nota N° 57 del 31 de mayo de 1985 y blogspot delCentenario. http://centenario9de18.blogspot.com/p/1926-1917.html

[1]  Revista Caras y Caretas, N° 577/1909 y 788/1910, Madrid, Biblioteca Nacional de España. www.hemerotecadigital.bne.es

[1] Revista SABER. Año 2 Nº 15, julio de 1983.

[1] Municipalidad de la Capital. Plano de la Ciudad de Buenos Aires, Capital de la República Argentina, con el trazado General de Calles. Intendencia del Doctor Arturo Gramajo. Año 1916

[1] Título: “Reseñas históricas de escuelas de la Capital”. Autor: Salvador Maselli] . Fecha:1936 – Monitor_10501. http://repositorio.educacion.gov.ar/dspace/handle/123456789/97907

[1] Ibidem.

[1] Publicación oficial de la escuela realizada en el año 1968.

[1] Maronese, Leticia, “Escuela Monte Castro: Relatos históricos, construcciones mitológicas e intereses inmobiliarios”. Ponencia presentada  en el XII Congreso de Historia de la Ciudad de Buenos Aires.Realizado por la Junta Central de Estudios Históricos de la Ciudad de Buenos Aires. 26, 27 y 28 de noviembre 2015.

[1] El Monitor…

[1] Carlos Suárez, Profesor de Historia:  El barrio Monte Castro y otra historia para recordar Escuela “La Susana” http://www.barriada.com.ar/CarlosSuarez/CarlosSuarez-6.aspx


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